El trabajo incansable del párroco del Grao de Castellón: "La pandemia nos ha acercado aún más a los pobres"

Albert Arrufat, párroco del Grao de Castellón, no ha parado de ayudar en estos meses de pandemia

El trabajo incansable del párroco del Grao de Castellón: "La pandemia nos ha acercado aún más a los pobres"

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Durante estos meses de pandemia la Iglesia española no ha parado de ayudar a los más necesitados. Hemos podido conocer a muchas historias de personas que han dedicado todo su tiempo para los màs necesitados y hoy en Cope.es hemos podido hablar con una de estas personas.

Albert Arrufat es el párroco en el Grao de Castellón, en la iglesia de San Pedro Apóstol, y durante estos meses de pandemia no ha parado de pensar en cómo podía ayudar a los demás.

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Frater

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Su colaboración con la FRATER

Albert es párroco en el Grao de Castellón pero su labor no acaba allí porque además colabora con otras entidades, relacionadas siempre con la Iglesia católica, como son la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad de Castellón (FRATER) y en el proyecto Stella Maris que pertenece al Apostolado del Mar de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Estos meses de pandemia no han sido fácil para la FRATER y Albert nos ha contado que “lo que más ha afectado a los chicos que viven allí es que la rutina improvisamente se cortó y todas las actividades pararon completamente”. El centro FRATER no solamente se utiliza para lo más básico como dormir y comer sino también hay “actividades culturales, una compañía de teatro, talleres de cerámica, todo eso se dejó de hacer”.

Por un lado, todo esto afectó mucho a los chicos de la casa pero sobre todo el “no poder salir cuando uno quiere, ir a tomar algo, son cosas que para nosotros son normales pero para ellos son especiales y vieron que no lo podían hacer de un día para otro”. Por otro lado, Albert nos dice que "los chicos también se sentían seguros en la casa porque sentían que estaban lejos de un posible contagio".

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Apostolado del Mar

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El trabajo en el proyecto Stella Maris

El proyecto Stella Maris también pasó meses muy complicados durante el periodo del estado de alarma. Al no ser un servicio esencial nadie se podía mover, ni ellos ni los marinos. "No se pudo visitar los locales donde los marinos vienen a descansar normalmente. Y todavía ahora no tienen toda la libertad de salir del barco" nos dice Albert. “En el momento más critico ni nosotros salíamos ni ellos tampoco” añade el párroco del Grao.

"A través de redes sociales y correo electrónico pudimos contactar con alguna tripulación por si necesitaban algo. Lo importante era que supiesen que el Proyecto Stella Maria seguía a su lado y estaba de nuevo abierto", añade Albert.

Estas últimas semanas los que colaboran con el proyecto se han dado cuenta de que “como tienen restringida la bajada lo que tenemos que incrementar son las visitas al barco. Estamos detectando que tienen algunas necesidades que lo reclaman desde el barco y a lo mejor podríamos ir a hacer más recados para ellos”.

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Parroquia San Pedro Apostol

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La parroquia no paraba de ayudar

"En la pandemia lo que más me ha afectado es no poderme reunir con la gente que normalmente viene todos los días a la parroquia. Tenemos mucha gente mayor que han dejado de venir de un día para otro, voluntarios que no podían estar en Cáritas o como catequistas" nos confiesa Albert.

La parroquia, durante los meses de estado de alarma, se ha dedicado al "trabajo de Cáritas y además se han incrementado las necesidades del barrio". Han detectado que "la gente que vive en la calle era la que más ayuda necesitaba y al final son los que más han estado en la parroquia porque los más pobres seguían tirados por la calle".