Juan Carlos Durán: un sacerdote que acoge a más de 60 personas sin techo

Durante estos diez años, el 95% de lo que ha gastado el Hogar San Juan Apóstol les ha llegado de la mano de particulares, parroquias, empresas y asociaciones

Juan Carlos Durán: un sacerdote que acoge a más de 60 personas sin techo

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El Hogar San Juan Apóstol, en Jerez de la Frontera, cumple su décimo aniversario y ‘Aleluya’ ha hablado con el Padre Juan Carlos Durán, sacerdote que está a cargo y que ha acogido en este año a personas sin techo.

Empezó como un proyecto de vida. Al caminar se han ido involucrando personas y hemos ido creciendo hasta día de hoy. Yo vivo aquí y comparto la vida con ellos”, explica Don Juan Carlos Durán. “Diariamente son más de 80 personas sin hogar. Algunos tienen un techo, están metidos en una casa o una vivienda, pero eso no significa que tengan un hogar o unos recursos”.

“Nuestra tendencia no es hacer un albergue de cubrir las noches, sino ofrecer alternativas para salir del mundo de la calle”, aclara Durán. El Hogar San Juan Apóstol se ha ido adaptado a las necesidades y ahora cuentan con dos grupos diferentes. Por una parte, un grupo de cambio que sirve para personas que pueden ir haciendo un cambio de vida o aprender a vivir de nuevo. Y, por otra parte, un grupo de recuperación establecido para las personas sin hogar entre los 50 y 60 años. “Esta franja se está perdiendo, ya que llevan tiempo en la calle, y al mismo tiempo aparecen enfermedades. El cuerpo se estropea y necesitan otros cuidados, no vale con estar en un albergue y tener una cama para dormir”, remarca Juan Carlos Durán.

Hace un mes comenzaron otra iniciativa por intentar aliviar la lista de personas que estaban atendiendo en el comedor de las Siervas de la Caridad (Jerez de la Frontera). “Atendemos de forma puntual a otras personas que vienen cada día a por alimentos o se les da la comida hecha”, cuenta Don Juan Carlos.

Juan Carlos Durán: un sacerdote que acoge a más de 60 personas sin techo

El trabajo de los voluntarios

El Hogar San Juan Apóstol cuenta con más de 120 voluntarios. Atender en la portería, hacer la comida, entregar los alimentos o la ropa, planchar o acompañar al hospital son varios de los trabajos que realizan los voluntarios.

Últimamente inciden en el acompañamiento y en la relación de “tú a tú”, es decir, que más que un voluntario sea un familiar; de tal forma que puedan establecer una relación más estrecha y con más continuidad.

“Ser lo que hacemos”, remarca el Padre. “Somos lo que compartimos desde dentro, aunque también tenemos que compartir otras cosas y darlas. Lo importante es ese encuentro”.

Las personas que están viviendo en el Hogar San Juan Apóstol intentan recuperar o construir sus vidas, y, para ello, la laboral del voluntario es esencial. “Cuando llega algo es para mejorar. Seguro que para la persona que se ofrezca hay una tarea y una persona con la que vincularse”, explica Durán.

Ciertamente están regenerando los voluntarios y tienen nuevas incorporaciones, ya que la vida de cada uno de ellos sigue y cambia. Al mismo tiempo, intentan aprovechar el perfil de cada uno, como psicólogos y profesores, que puedan ayudar desde su profesión.

Juan Carlos Durán habla del milagro de compartir y de la providencia: “Estamos contando con que ciertamente la ayuda de la gente es volcada. Cada día recibimos lo necesario y vamos saliendo adelante”.

Durán explica para ‘Aleluya’ que viven de lo que les llega: ropa, alimentos, voluntarios y dinero, entre otros. Y durante estos diez años, el 95% de lo que ha gastado el Hogar San Juan Apóstol les ha llegado de la mano de particulares, parroquias, empresas y asociaciones.

Juan Carlos Durán: un sacerdote que acoge a más de 60 personas sin techo

El año más complicado por la pandemia

Debido a la pandemia han tenido que inventarse nuevas vías. “Las medidas han sido muy difíciles y más cuando no tienes recursos”, aclara Durán recalcando todas las enfermedades que trae el día a día.

“Estamos ante una situación real de personas sin hogar no contabilizadas, que muchas veces por eso están ninguneadas: ni cuentan, ni existen”. Las personas sin hogar saben que lo van a tener más difícil por el momento en el que vivimos ahora, pero nos explica Durán que “ellos intentan resituarse”.

“Cada una de las personas sin hogar se vincula en las tareas de la casa ayudando en la cocina, en los jardines e invernaderos. Toda la vida de la casa está compartida y repartida como tarea para todos”, explica el Padre Durán. “El trabajo de cada día en todas las tareas y en la vida cotidiana de cada uno de ellos es pertenecer a algo, sentirse y hacerse responsable”.

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El dato más importante para el Padre Juan Carlos Durán

Don Juan Carlos nos cuenta que “varias de las personas sin hogar que van al Hogar San Juan Apóstol vivían en el coche”. Siempre piensa en los que salen adelante y tienen sus propias familias y sus hijos, aunque se alegra de que sigan formando parte de su hogar y le hagan visitas.

En las personas sin hogar hay que insistir en la posibilidad de superación y de cambio. Es una alegría ver que salen adelante, la demostración del esfuerzo y de las capacidades”, recalca Durán. Además, asegura que “han hecho un proceso de cambio y un proyecto de vida nueva”.

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