La Abadía de Montserrat pide perdón a la víctima de los abusos cometidos por uno de los monjes: “Nos sentimos avergonzados"

La Abadía califica estos actos como contrarios a sus principios, y recuerda que desde que se conocieron los hechos tomó medidas como prohibir al monje ejercer el ministerio y el alejamiento de Montserrat

Abadía de Montserrat

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Redacción Religión

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El monje de la Abadía de Montserrat ordenado como hermano Gabriel, que había llegado a ser vicerrector del recinto, ha aceptado este lunes dos años de cárcel por abusar sexualmente de un menor de 17 años en 2019, y se convierte en el primer condenado por pederastia del santuario.

El religioso ha aceptado los hechos ante la sección sexta de la Audiencia de Barcelona después de que las partes hayan alcanzado una conformidad, por lo que el tribunal le ha condenado 'in voce' a dos años de cárcel, según ha avanzado el 'El Periódico'.

Por su parte la Abadía de Montserrat ha condenado en un comunicado los hechos, que define como contrarios a sus valores y principios: “Nos sentimos avergonzados y pedimos perdón a la víctima por todos los daños que le han sido causados. Desde el primer momento, hemos colaborado activamente en el proceso de justicia restaurativa para ayudarlo a superar, en la medida de lo posible, esta situación", se puede leer en el comunicado.

A su vez, la Abadía recalca que una vez cerrado el proceso penal, el canónico continúa abierto: "Mientras, continuarán en vigor las medidas cautelares canónicas impuestas desde el inicio, en especial la prohibición de ejercer el ministerio y el alejamiento de Montserrat", ha explicado.

La Fiscalía pedía inicialmente cinco años de cárcel contra el hermano Gabriel, un año menos que lo que solicitaba la acusación particular, aunque finalmente la condena ha quedado reducida a dos años, con el reconocimiento de las atenuantes analógica de confesión y de reparación parcial del daño.

La defensa ha pedido suspender la pena de prisión, que ha apoyado la fiscalía y la abogada de la víctima, aunque el tribunal resolverá en ejecución de sentencia.

De guía espiritual a abusar sexualmente de la víctima: la relación entre el religioso y el menor

El tribunal ha dado por probado que la víctima entró en su adolescencia en contacto con la abadía a través de unos encuentros organizados con el nombre de Montserrat Jove, que se hacían dos veces al año, y que fue entonces cuando estableció contacto con el hermano Gabriel.

Con el paso de los años, la relación se estrechó, puesto que Gabriel se convirtió para el menor "en un referente personal y un guía espiritual, incluso fue su padrino de confirmación, de forma que conocía sus problemas personales", como que sufría acoso escolar o la aceptación de su homosexualidad, según la sentencia.

La sala remarca que, en el marco de esta íntima relación, el procesado invitó a pasar un fin de semana a la víctima en el monasterio, pagando él los gastos de la estancia, lo que aceptó el menor, que se alojó en una celda del recinto el fin de semana del 3 al 5 de mayo de 2019.

La sentencia destaca que la primera noche, tras llevarle una botella de cava a la víctima, el condenado consumó la agresión sexual, que se repitió al día siguiente.

El menor "a pesar de estar incómodo con la situación, no lo verbalizó claramente, debido a su estado de semiembriaguez, la diferencia de edad, el ascendente que tenía el acusado sobre él y el entorno no habitual en que se encontraba", según el escrito.