El arzobispo de Zaragoza, en TRECE: "Mucha gente pasa delante del Pilar y notas que hablan desde el corazón"
Carlos Escribano asegura ser un privilegio vivir ante la VIrgen la festividad del Pilar junto al pueblo aragonés: "Toda Aragón tiene metida la devoción a María"
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El arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, ha pasado por los micrófonos de TRECE minutos antes de la celebración de la Santa Misa en honor a la Virgen del Pilar. El titular de la Archidiócesis aragonesa ha celebrado que, tras dos años de restricciones por la pandemia, por fin los zaragozanos pueden vivir sus fiestas en plenitud.
“Lo estamos viviendo con un tiempo espléndido, el año pasado un poco restringido porque aún había problemas con la covid-19 pero este año lo vivimos con esplendor. La festividad del Pilar es preciosa desde un punto de vista lúdico, festivo, de fraternidad y la gente lo disfruta mucho, pero también son unas fiestas de un calado religioso profundo”, ha sostenido.
Asimismo, Escribano ha recordado en TRECE que a lo largo de esta semana se ha desarrollado en la basílica de la capital maña la Novena, concluida este martes, 11 de octubre, con el canto de la Salve después de la Eucaristía, constituyendo otro de los momentos álgidos de las fiestas: “Es un acto bonito al que viene mucha gente”.
Prueba de que el pueblo de Zaragoza está volcada con la Virgen del Pilar es que a las cuatro y media de la madrugada ya había bullicio en la Misa de Infantes, entre ellos numerosos jóvenes: “Luego se suceden las celebraciones hasta la Misa mayor a las 12h y luego la procesión de la Virgen”, ha precisado el arzobispo de Zaragoza.
Además, Carlos Escribano ha recordado que en la jornada de este jueves, 13 de octubre, además de la ofrenda de flores, tendrá lugar la ofrenda de frutos y por la tarde el Rosario de Cristal.
Un calendario intenso de celebraciones y actos que permiten al pueblo aragonés “vivir las fiestas desde la cercanía al Pilar, lo que es un privilegio. Ves a gente pasear para llevar las flores a la ofrenda, y lo hacen con ilusión. Muchos entran en la basílica y pasan por delante de la Virgen, se detienen unos segundos y de manera espontánea oran, sienten la presencia de la Madre. Notas que hablan desde el corazón”, revela emocionado el prelado.
A su juicio, es este sentimiento y devoción lo que “da sentido a las fiestas, el recuperar nuestras raíces, del encuentro entre María y el Apóstol Santiago y lo que signifia, que se proyecta al pasado, pero también al futuro”, manifiesta Escribano en TRECE.
En este sentido, el titular de la Archidiócesis de Zaragoza ha hecho hincapié en que no toda la fiesta del Pilar se centra en la basílica, sino que en las comunidades parroquiales también se vive con intensidad: “Toda Aragón tiene metida la devoción a la Virgen del Pilar y en el significado de María. Cuando era párroco en la ciudad lo vivíamos con alegría y después de la Misa, el propio grupo parroquial se organizaba y veníamos a la ofrenda para vivir con intensidad la celebración del Pilar”, evocaba.