Así cambia la vida la Iglesia de Jaén a vecinos sumidos en la pobreza: "Con un empujón se puede ayudar mucho"

'Informe Ecclesia' conoce la situación que vive Jaén, una de las provincias más pobres y marcada por la despoblación. La Iglesia hace los deberes que las administraciones no asumen

00:00

La Magdalena, el barrio más pobre de Jaén donde la Iglesia cambia vidas

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Ayudar a una familia a rehabilitar su vivienda para facilitar la vida de un miembro dependiente o permitir a una madre de familia numerosa encontrar un empleo. Son solo dos ejemplos-milagros de la labor que desempeña la Iglesia en el barrio jienense de La Magdalena,uno de los espacios con mayor tasa de pobreza de la ciudad.

Como sucede en la provincia, progresivamente La Magdalena se va vaciando de vecinos, quedando entre sus calles los mayores y personas que no tienen donde ir. Un mal que padecen los espacios rurales de la provincia de los olivos: “Cada año perdemos 2.000 habitantes. Las zonas rurales se están quedando despobladas como la Sierra del Segura, que tiene la mitad de población que hace 35 años, al ser zonas abandonadas donde solo han quedado los mayores y el futuro es difícil”, ha explicado el Padre Juan Raya en declaraciones a ECCLESIA.

Esta difícil situación, unida a la falta de respuesta de las administraciones, ha propiciado el nacimiento de un grupo político, 'Jaén merece más', pero que nace más desde la frustración que desde una propuesta de cambio: “Es una reacción ante la dejadez de los políticosm que solo se acuerdan de Jaén cuando tocan elecciones”, subraya el sacerdote.

La Magdalena, el barrio más pobre de Jaén donde la Iglesia cambia vidas

Como comentábamos, Jaén cuenta en su zona céntrica con uno de los barrios con mayor tasa de pobreza, La Magdalena. Se ha ido quedando atrás con el paso de los años, pese a que su suelo atesora el origen de la ciudad, como recuerda el Padre Juan Raya, que desde septiembre es párroco de Santa María Magdalena.

“Está anclado en las faldas del castillo, es el origen de la ciudad. En estos momentos están realizando investigaciones arqueológica en la iglesia y han encontrado restos romanos. Son calles muy antiguas, empinadas, con dificultad para que accedan los coches y por eso se queda despoblado y ocupado por familias de rentas bajas, algunos de ellos ocupas. Hay muchas casas en malas condiciones porque son de difícil acceso. Las calles no permiten que haya una urbanización con comodidades”, ha explicado el sacerdote en ECCLESIA.

“El barrio está de pena”, han llegado a manifestar algunos de sus vecinos en algún reportaje publicado por otros medios de comunicación. La Magdalena ha quedado relegada a gente con rentas bajas, parados, población gitana y familia con dificultades. La única excepción es la calle que desemboca en la catedral: “El resto está abandonado”, lamenta el Padre Juan Raya.

Un problema que presenta una difícil solución urbanística por el enclave del barrio, de difícil acceso y cuestaas empinadas: “Esto hace que se quede la gente mayor, la que no tiene donde ir o necesitan un alquiler barato o que ocupan directamente...”

Familias sentadas en los bancos de la plaza viendo pasar la vida forma parte del paisaje en La Magdalena. También es lugar de residencia de trabajadores humildes dedicados a la construcción.

Los servicios básicos funcionan, aunque en las zonas más altas a cuenta gotas: “En algunas zonas los taxistas prefieren no estar, aunque no es un barrio peligroso, si acaso alguna calle”, subraya el párroco de Santa María de la Magdalena.

En este contexto, la Iglesia es el pulmón para muchas familias que habitan en esta zona poco accesible, especialmente para los mayores y dependientes. En total, Cáritas atiende en La Magdalena a 120 familias en cuestiones básicas: “Cada día nos llega alguna familia más con gente parada, familias con hijos pequeños...”

Ante el encarecimiento de la factura de la luz, la Iglesia trata de asumir parte de la tarifa: “Intentamos hacer un acompañamiento personalizado, porque la situación de cada familia es diferente. Cuando se puede nos coordinamos con los servicios sociales para no mutiplicar o completar el trabajo porque a veces están desbordados”, ha expresado el religioso.

Algunas acciones de Cáritas son providenciales. Por ejemplo, el caso de una familia con hijos pequeños que vivían en una situación precaria, “a la que ayudamos económicamente para adaptar su vivienda después de que al padre de familia, por una enfermedad, le tuvieran que amputar una pierna. Su casa tiene escalones, viven en una cuesta, etc. por lo que la silla de ruedas no funcionaba y con los arreglos que se han hecho en el baño o quitar escalones tiene una vida algo más cómoda”, cuenta el Padre Juan Raya.

Tampoco olvida el sacerdote cómo Cáritas cambió la vida de una madre gracias a sus cursos de formación: “Ofrecemos cursos de limpieza, ayuda a domicilio y personas mayores, etc. Pues una madre con hijos pequeños encontró trabajo con esfuerzo y ya no tiene necesidad de recurrir a nosotros porque tiene ingresos para salir adelante. Son casos que te llenan de esperanza. Hay familias que con un pequeño empujón pueden salir del apuro”, apunta.

La labor de Cáritas en Linares, el pueblo con la mayor tasa de desempleo de España

Febrero del año 2011 es una fecha señalada en negro por parte de los vecinos de la localidad de Linares, al ser el momento en el que cerró su gran pulmón económico, la empresa automovilística de 'Santana Motor', que daba empleo a unas 2.000 personas del pueblo y de sus alrededores.

El Plan Linares Futuro diseñado por la Junta de Andalucía como alternativa al cierre de la entidad, resultó ser un fracaso del que la localidad no se ha recuperado. Las consecuencias hablan por si solas: Linares se ha convertido en el municipio español con mayor tasa de paro, superando el 30%.

En este contexto de depresión económica, la Iglesia hace lo que puede, aunque la solución pasa por la labor de las instituciones públicas: “No podemos solucionar la vida de la gente. Hay momentos en el que Cáritas consigue encontrar trabajo para una familia, que es la única forma de que las personas se promocionen y vivan sin necesidad de pedir ayuda. En cuanto a la clase política, harán lo que puedan pero o pueden poco o no se ven resultados. Nadie está contento con ellos porque no se atraen empresas, no se le da importancia al problema de Linares...”, lamenta Cristóbal Lupiáñez, responsable de Cáritas en Linares.

00:00
La labor de Cáritas en Linares, el pueblo con la mayor tasa de desempleo de España

-

Barrios como el Cerro, San Antonio o Arrayanes se llevan la peor parte en la tasa de pobreza. A lo largo y ancho del municipio, de unos 57.000 habitantes, la Iglesia dispone de once parroquias que trabajan a destajo para atender las necesidades de su pueblo.

“En 2021 atendimos a unas 660 familias, en el comedor social se atiende a 25 familias de manera estable, pero entre rotaciones fueron 46 familias el año pasado. Luego entre transeúntes, personas sin hogar o que viven solas fueron unas 52. Esto va oscilando de un tiempo a otro, un poco más o menos”, ha recalcado Lupiáñez.

El responsable de Cáritas Linares ha manifestado que no están desbordados, pero sin con mucha tarea. La pérdida de población que no cesa en la localidad o las ayudas concedidas por las administraciones como el Ingreso Mínimo Vital, impiden el colapso: “Esto hace que se compense ese aumento de necesidad que existe. Pero la ayuda no cubre todas as necesidades de una familia, y no solamente pueden subsistir con ellas, sino que tienen que acudir a Cáritas y a otras entidades que pueda darles más ayudas. Luego tenemos las colectas, los socios, los donativos, etc. gracias a eso nos mantenemos”, subraya Lupiáñez.

Temas relacionados