El campamento de Somalo, una oportunidad para conocer qué piden los jóvenes a la Iglesia: "Cambiar el mundo"
Durante los meses estivales, los Salesianos organizan los campamentos en este entorno natural de La Rioja, donde más mil jóvenes disfrutan de las actividades y crecen en la fe
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La Iglesia no cierra en verano. Es un periodo en el que las congregaciones religiosas se vuelcan, especialmente con los más jóvenes, para organizar campamentos, colonias y actividades. El verano de los Salesianos es particularmente intenso.
Miles de niños y adolescentes de toda España complemetan el trabajo educativo desarrollado durante el año con estas actividades que les permiten crecer en lo personal y espiritual. Tras dos años de pandemia, los Salesianos estiman que unos 18.000 jóvenes participarán las más de 160 actividades estivales programadas.
La convivencia de Somalo, un campamento especial para los jóvenes
Una de las actividades más reconocidas de Salesianos en estas fechas es el campamento ubicado en el entorno natural de Somalo (en La Rioja), por donde pasarán a lo largo de ocho semanas más de mil estudiantes de Cuarto de Primaria y Segundo de Bachillerano, la mayor parte de ellos procedente de centros educativos gestionados por la congregación, así como de sus parroquias y centros juveniles.
Durante una semana, cientos de chicos y chicas conviven en estas instalaciones en plena naturaleza para disfrutar de los cursos y actividades que se desarrollan junto a los voluntarios y animadores. Entre ellos se encuentra el Padre Xabier Camino, delegado de la pastoral juvenil Salesiana.
ECCLESIA le ha 'pillado' despidiendo a un grupo de 130 jóvenes que culminan su semana en Somalo, para recibir esta tarde a una nueva remesa de unos 140 chicos. Pese a lo arduo del trabajo que han de desempeñar durante los meses de julio y agosto en el campamento, lo toma como un regalo de Dios: “Es un regalo por nuestro estilo de vida y misión entre niños y jóvenes”.
Dada la diferencia de edad entre los diferentes grupos, tratan de adecuar las experiencias y actividades en función de la madurez de los integrantes. Buscar el crecimiento en la fe es uno de los objetivos, aunque existen diferencias entre pequeños y mayores.
“Los pequeños tienen una referencia fuerte en lo familiar, y encontramos desde lo familiar una posibilidad pastoral bonita para situar a Jesús en medio de esa familia como amigo que acompaña a esas pequeñas decisiones que empiezan a tomar. Es diferente a los mayores, donde las preguntas son más profundas, las incertidumbres se hacen con el corazón sobre qué estudiar o cómo responder a las propuestas vocacionales que sienten en su corazón”, ha explicado Xabier Camino.
A su juicio, uno de los momentos más emotivos de estos campamentos se producen cuando los mayores, en edad adolescente, tienen la oportunidad de intimar con los voluntarios y sacerdotes que coordinan la conviencia: “Esos momentos de acompañamiento personal puede ayudarles a buscar esas respuestas interiores que Dios siempra en el corazón de cada uno. En este entorno natural es propicio hacer camino con ellos y que maduren en su vocación, en su futuro próximo profesional u personal”, ha continuado expresando el sacerdote Salesiano.
"El campamento me permite no descolgarme de la realidad de los jóvenes"
Momentos de oración, trabajos en grupos, la piscina o tareas domésticas son algunas de las actividades con las que los chicos ocupan las horas en el campamento de Somalo. 24 horas en la que todos aprenden de todos, incluido los propios organizadores.
“Como educador, Salesiano y sacerdote, me permite no descolgarme de la realidad de los jóvenes, de sus inquietudes y de su mundo. Tenemos que buscar la manera de hacer accesible el Evangelio a los chavales. Tenemos que estar con ellos, convivir y hablar con ellos, porque para nosotros es indispensable para hacer propuestas patorales que toquen su vida. Este campamento de Somalo es una escuela de vida pastoral para hacer propuestas que toquen su vida y llenen su corazón y futuro de compromiso, amor, esperanza, de Dios...”
Para Xabier Camino, este proceso sinodal que acaba de concluir en las diócesis españolas, ha puesto de relieve que los jóvenes piden a la Iglesia cercanía, coherencia y compromiso: “Para la propuesta Salesiana es indispensable estar junto a ellos. Nos piden coherencia, que convence cuando se refleja en las actitudes y manera de vivir. También piden compromiso, porque entre tantas tareas, ese compromiso genuino que Dios pide para cambiar la cosas se queda en la guantera. Hay que intentar construir un mundo más justo y solidario que viva en paz. Los jóvenes quieren cambiar las cosas porque son conscientes de las injusticias que hay”, ha expresado Camino en ECCLESIA.