La 'capilla rodante' de un sacerdote uruguayo para acercarse a su pueblo
Combatir la indiferencia religiosa de Uruguay, uno de los cuatro países más ateos del mundo, es el principal objetivo del padre Omar
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Desde fuera puede parecer una furgoneta normal, pero por dentro es una capilla. Se trata de la original iniciativa que el padre Omar Franca-Tarragó, sacerdote de la parroquia Santa Bernardita en Uruguay, ha llevado a cabo para combatir la fuerte indiferencia hacia lo religioso que se vive en su país, uno de los cuatro países más ateos del mundo, según datos de los Institutos Sociológicos.
El objetivo es “acercarse con 'la capilla rodante' hasta las ferias vecinales, lugares donde venden frutas, verduras y alimentos para el hogar y donde se vive una interacción social muy sana y positiva y llevar la Iglesia allí”, ha explicado el padre Omar. “Muchas veces, hemos ido a repartir folletos, pero esto es una iniciativa mucho más sistemática, más organizada y más estable de hacernos presentes en las ferias”, ha añadido.
El padre Omar también ha explicado que, a pesar de los intentos de buscar distintas estrategias de acercamiento, no han obtenido grandes resultados. Es por ello que, observando personalmente la feria, vio que había muchos vehículos preparados para vender pescados, quesos, incluso unidades coronarias móviles para atender a pacientes, y pensó en hacer lo mismo con la capilla móvil, es decir, “hacer que la Iglesia se ponga donde está la gente”.
La capilla rodante se inauguró el domingo 4 de agosto, en la parroquia Santa Bernardita. Al mismo tiempo lo hizo también un campanario, del que carecía la parroquia. Tal y como ha explicado el padre Omar, primero se realizó la bendición de la campana y seguidamente la bendición de la capilla rodante en el patio parroquial. Después de esto, hubo una fiesta en la que participó toda la comunidad.
CÓMO ES LA CAPILLA POR DENTRO
La capilla tiene en su interior dos sillones “muy cómodos”, ha dicho el sacerdote. También cuenta con la Biblia y tiene música religiosa. En la parte delantera, en la cabina, “siempre habrá un sacerdote para dar a la persona la posibilidad de hablar confidencialmente con él”. De hecho, el cartel que se encuentra al costado del vehículo dice: “Te invitamos a subir a tener un momento de paz, oración o meditación espiritual”.
Otro cartel, situado debajo, dice: “En la cabina de esta capilla el sacerdote está a su disposición para escucharlo y asesorarlo en cualquier consulta confidencial”. El sacerdote uruguayo ha alegado que “este sería el sentido. En la cabina está el sacerdote y en el asiento del acompañante puede subir cualquier persona para dialogar personalmente con él en un ámbito confidencial y sin que atrás se oiga nada de lo que sucede delante”. En la capilla, además, hay espacio para dos personas simultáneamente sentadas y una tercera de pie.