El cardenal Cobo, sobre la inauguración de los JJOO: "Que allá donde hay ofensa, pongamos el perdón"
Los obispos españoles se han mostrado críticos con la irrespetuosa representación de la 'Última Cena' durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de París
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El arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, ha rezado para que los cristianos sean “un instrumento de paz” en un mundo cada vez más “violento e irrespetuoso”. Así se ha pronunciado a través de su cuenta de X (antes Twitter) después de que en la inauguración de los JJOO de París la pasada semana hubiese “el intento de herir y ridiculizar la fe” parodiando la 'Última Cena'.
De esta manera, el titular de la Iglesia de Madrid proclama en su mensaje que “allá donde haya odio pongamos el amor”; “que allá donde hay ofensa, pongamos el perdón; “que allá donde hay discordia, pongamos juntos la unión”.
José Cobo no ha sido el único obispo español que ha reaccionado ante esta falta de respeto a la fe cristiana. El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ya mostró su repulsa a estas escenas burlescas, secundando el mensaje de la Conferencia Episcopal Francesa, que un día después de la inauguración de los JJOO exaltó "los maravillosos momentos de belleza y alegría, ricos en emoción" que dejó la tarde del viernes, pero a su vez lamentando la provocación a los creyentes.
También el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, expresaba en Twitter su malestar por la ofensa que supuso para los cristianos esta representación de la 'Última Cena'. En su mensaje, Sanz Montes destacaba que "los JJOO son una ocasión noble de medirse deportivamente", por lo que resulta inapropiado a su juicio "colar el esperpento ideológico en la apertura de los mismos, haciendo una patética parodia ofendiendo los sentimientos religiosos y culturales de la comunidad cristiana. Viven en el complejo y el rencor", se puede leer en su tuit.
Línea en la que ha ido el obispo de Orihuela Alicante, José Ignacio Munilla, que ha tildado de "espectáculo blasfemo y deplorable" la burla a la fe, y que a su juicio implica que la cultura occidental "está dando sus últimos coletazos en medio de la decadencia woke", y se muestra crítico por los comentarios de TVE en el momento de la retransmisión de esta parodia, cuando el periodista aseguraba que "este baile profundamente revolucionario, anticlerical, antipatriótico es un homenaje que han querido hacer a la cultura francesa, a Belcebú, a la máscara de hierro, al fantasma de la ópera".