Castilla y León limita el aforo: templos a la mitad, 50 personas en entierros y 150 en bodas
Esta mañana varios obispados han emitido comunicados recogiendo las restricciones "para impedir en la medida de lo posible la expansión descontrolada del COVID-19"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta mañana, la Junta de Castilla y León ha publicado un paquete de medidas de prevención y control para hacer frente a la pandemia. En cuanto a las celebraciones religiosas, ha limitado el aforo, con carácter general, al 50%. Además, ha especificado que el número máximo de asistentes a un entierro pasa de 75 personas a 50, y en las bodas se establece a 150 personas si es al aire libre y 100 si es en un espacio cerrado.
Según se puede leer en Ecclesia, esta mañana varios obispados han emitido comunicados recogiendo las restricciones. José María Gil Tamayo, obispo de Ávila, ha establecido el límite máximo de ocupación de los templos de la diócesis en las celebraciones litúrgicas en el cincuenta por ciento de su aforo.
El arzobispado de Valladolid también se ha hecho eco de la medida en su página web, recogiendo las medidas de aforo y recordando las de higiene. El obispado de Salamanca ha emitido un comunicado recordando el plan de la Junta de Castilla y León. El obispado de Segovia también ha recogido esta información.
Por parte de la diócesis de Zamora, han publicado en su perfil de Twitter las restricciones que ha señalado la Junta de Castilla y León.
Medidas para frenar la expansión del virus
En sus medidas, el gobierno autonómico de Castilla y León explica que se publican las nuevas medidas «a la vista del incremento considerable de los brotes y contagios producidos en el mes de agosto y para impedir en la medida de lo posible la expansión descontrolada del COVID-19, y, por tanto, la transmisión comunitaria, se estima necesario adoptar nuevas medidas de prevención y control que permitan la contención de la pandemia en el territorio de Castilla y León».
El documento cuenta con un total de 37 páginas y recoge también las medidas de higiene relativas al culto religioso que ya se venían poniendo en marcha: uso de mascarilla, desinfección, distancia de seguridad, o limitación del tiempo de duración de los cultos, además de la no presencia de agua bendita.