El culto a 'Jesús de la Divina Misericordia' llega a Madrid

Una imagen de la Divina Misericordia se venerará en una parroquia de Madrid

El culto a 'Jesús de la Divina Misericordia' llega a España

Redacción Religión

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España contará con un lugar de culto a la Divina Misericordia en el corazón de la ciudad de Madrid. En la Parroquia de San Sebastián, en la calle de Atocha 39, se entronizará una imagen de la Divina Misericordia, en su Capilla del Santísimo Sacramento, donde diariamente se celebra la eucaristía.

La bendición y entronización de la imagen se hará en una eucaristía solemne presidida por nuestro Cardenal Arzobispo de Madrid, Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos Osoro Sierra, el 27 de abril, sábado de la octava de Pascua, a las 12 del mediodía (víspera de la Fiesta de la Divina Misericordia). Al final de la celebración habrá un testimonio de la hermana Sor Mijaela Kas, superiora de la comunidad de la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso en Vilna (Lituania).

A partir de esta fecha, se podrá rezar todos los días ante esta imagen de 9,30-13h y de 18-20,30h. De modo particular, los viernes se dará culto a la Divina Misericordia con exposición del Santísimo de 12,30 a las 14,45h, que se cantará la Hora Nona y se rezará la Coronilla a las “tres de la tarde”, “La Hora de la Misericordia”.

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El lienzo ha sido admirablemente realizado por el sacerdote vicario parroquial de San Sebastián, Rvdo. Sr. D. Ricardo García González, autor también del lienzo de Santa Maravillas de Jesús (bautizada en esta Parroquia) y el mural del Martirio de San Sebastián, en el atrio de la misma. Este cuadro es copia fiel del original pintado por Eugenio Kazimirowski siguiendo las indicaciones de Santa Faustina Kowalska, terminado en junio de 1934 y actualmente venerado en el santuario de la Divina Misericordia en Vilna (Lituania).

La pintura representa a Jesús exactamente como Santa Faustina lo vio el 22 de febrero de 1931 en su celda del convento de Plock (Polonia). En ella, Jesús, vestido de una túnica blanca, mantiene su mano derecha levantada para bendecir a los que le miran. En esta visión, Jesús realizó la siguiente promesa:

“Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos, y sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi gloria” (Diario, 47)

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