El drama de la sequía golpea también los monasterios de clausura en España: "Este año hemos regado la mitad"
Ante la grave sequía que asola nuestro país, son muchos los obispos que a lo largo de estos meses han pedido a sus fieles que eleven "oraciones a Dios para pedir la lluvia"
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Tras un invierno especialmente seco y unos meses de primavera y verano más cálidos de lo normal, España ha cerrado el segundo año hidrológico más seco desde que hay registros en España, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). ¿Estamos preparados para un futuro con menos agua?, ¿Cómo gestionar un bien cada vez más escaso?
Ante la grave sequía que asola España, son muchos los obispos de la Iglesia Española que a lo largo de estos meses han pedido a sus fieles que eleven "oraciones a Dios para pedir la lluvia en nuestros días". Y es que la Iglesia no es nunca ajena a las preocupaciones de la sociedad.
También los monasterios de clausura están sufriendo el drama de la sequía, ya que uno de los medios de vida de estas comunidades es el trabajo en el campo. Las huertas suelen ser muy grandes y riegan con agua de pozo. En el Monasterio del Espíritu Santo en Sevilla aseguran que tienen “siempre mucho, mucho cuidado. Solamente tenemos agua para beber y para hacer los guisos. Tenemos un pozo muy bueno y lo cuidamos mucho”.
“Este pozo es una maravilla, lo limpiaron hace unos años y lo utilizamos para regar las flores y cuidar el campo”, cuenta a ECCLESIA una de las monjas. Las hermanas además hablan entre ellas de este drama de la sequía: “Estamos rezando para que llueva, pero el Señor también quiere que abramos los ojos ante este problema”.
Ante este drama, las hermanas tienen claro que “muchos no podrán soportar las medidas que ha impuesto el Ayuntamiento de la ciudad. Quien tenemos un pozo nos vamos arreglando, pero otras personas lo llevarán muy mal”.
También desde el Monasterio de las Monjas Concepcionistas de Alcázar de San Juan están sufriendo el drama de la sequía: “Estamos conservando muchísimo el pozo que tenemos, pero este año hemos regado la mitad de lo que regábamos el año pasado, también por la luz que no podemos pagar”.
En el monasterio viven catorce monjas y tan solo la hermana de mayor edad recibe una pensión mensual de 685 euros, con los que tienen que hacer milagros para poder pagar las facturas de agua, luz y gastos en medicinas y comida. El pozo que tienen, con motor trifásico, supone un gasto de electricidad enorme. Por esta razón, riegan en horario nocturno, que es el más económico.
“No hemos tenido prácticamente nada en la huerta este año, todo se ha quemado […] en vez de regar dos veces, regamos uno. La consecuencia es que no hemos tenido cosecha”, cuenta la madre abadesa, sor María Dolores Alhambra.
Uno de los proyectos que tienen para el futuro es “poner las placas solares y con eso ya sería distinto. De todas formas hay que controlar más el agua, hay que gastar lo menos posible también para los demás”.
La madre abadesa remarca que “la mentalidad se ha cambiado mucho porque además hemos tenido que pedir dinero para pagar la luz. En el mes de agosto hemos pagado más de 5.000 euros de luz, y menos mal que nos han ayudado […] nuestra vida no tiene nada que ver como antes”. Asimismo, sor María Dolores tiene claro que la sociedad “no está preparada para un futuro con menos agua. Yo veo a la gente con un despilfarro que me quedo aterrorizada: los grifos abiertos, las luces encendidas en pleno día. La gente no está concienciada”.