La entrañable historia que cuenta el Card. Omella en su carta dominical: "Aquel hombre irradiaba una gran paz"

El arzobispo de Barcelona ha querido compartir un cuento que le llegó hace unos meses que nos puede ayudar a valorar la importancia de cuidar a los demás"

La entrañable historia que cuenta el Card. Omella en su carta dominical: "Aquel hombre irradiaba una gran paz"

Redacción Religión

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El Card. Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha compartido con todos los fieles la carta dominical para este domingo, 9 de mayo, día en que la Iglesia celebra la Pascua del Enfermo bajo el lema “Cuidémonos mutuamente”.

En esta jornada, el Papa Francisco nos invita a reflexionar sobre el cuidado del enfermo, cuyo elemento fundamental es la relación de confianza.

A propósito de este precioso lema, el Card. Omella ha querido compartir un entrañable cuento que le llegó hace unos meses. “La historia sucedió hace cientos de años en un lejano pueblo donde vivía un hombre que tenía fama de santo. Aquel hombre irradiaba una gran paz y serenidad, y trataba a todo el mundo con paciencia y amabilidad” empieza contando el presidente de la CEE.

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"El entrañable cuento del hombre que tenía fama de santo"

“Cuenta la historia que todas las noches salía de la pequeña casa donde vivía y se adentraba en un bosque. Tardaba horas en regresar. Un día, uno de sus vecinos empezó a observar los movimientos de aquel hombre. Lleno de curiosidad, aquel vecino le preguntó adónde iba. Y él le respondió con sencillez: «voy a encontrarme a solas con Dios». Ante esa respuesta, el hombre decidió seguirlo en secreto” añade el Card. Omella

“Una noche, - sigue contando el arzobispo de Barcelona - el vecino siguió al hombre santo hasta lo más profundo del bosque. Lo vio caminar con alegría y entrar en una vieja cabaña que estaba apenas iluminada. El vecino llegó también hasta la cabaña y se asomó por una pequeña ventana que había junto a la puerta, desde donde vio como el hombre santo limpiaba el suelo, encendía la chimenea, y preparaba la cena para una señora anciana y enferma. Aquello era lo que aquel buen hombre hacía todas las noches”.

“Al día siguiente, cuando el vecino explicó a varios amigos que había seguido al hombre santo, estos le preguntaron si había visto a aquel hombre encontrarse con Dios. Entonces él, después de meditar un instante, respondió que sí y que lo había hecho de una manera maravillosa” acaba contando el Card. Omella

Según el presidente de la CEE, “esta entrañable historia nos puede ayudar a estar más cerca de todos nuestros hermanos enfermos. Si estamos atentos a los que sufren nos encontraremos con Dios, tal como lo hacía el hombre santo de esta historia. Pidamos al Señor que nos abra los ojos para poder ver en cada persona vulnerable a un hijo de Dios”.

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"Valorar la importancia de cuidar a los demás"

Asimismo, el cuento nos puede ayudar “a valorar la importancia de cuidar a los demás. Todos somos vulnerables y podemos enfermar. Si nos cuidamos mutuamente sanaremos nuestro mundo. Dice el Papa Francisco que la relación de cuidado es una regla de oro que trae consigo salud y esperanza para todos”.

“También estamos llamados a ser cercanos a los que sufren como comunidad. Ojalá, con la ayuda del Espíritu Santo, seamos capaces de crear comunidades que no excluyan a nadie y que acojan especialmente a los más frágiles. Una sociedad es humana en la medida en que sabe cuidar a sus miembros más necesitados” añade el Card. Omella.

“Queridos hermanos y hermanas, Cristo es la esperanza de los enfermos. En medio de la enfermedad y la soledad sigue diciéndonos: he resucitado y vivo a vuestro lado. Que María sostenga nuestra fe y nos ayude a cuidarnos los unos a los otros con amor fraterno” acaba la carta dominical el arzobispo de Barcelona.

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