El esquiador que ahora bendice las pistas de Aspen como sacerdote
Darrick es ingeniero y un apasionado del esquí, pero ahora ejerce como sacerdote en la conocida estación de Aspen
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En los Estados Unidos, pese a todas las crisis, sigue habiendo historias de conversión y de fe, como ésta que nos cuenta El Espejo de la Cadena COPE, sobre un ingeniero apasionado por los deportes de invierno, que ha acabado siendo sacerdote en una famosa estación de esquí.
Darrick Leier había nacido en una familia católica pero desde la adolescencia la fe había comenzado resultarle indiferente. Como él mismo dice, no tenía nada contra la Iglesia, simplemente se volcó en otros en otros intereses y abandonó como tantos jóvenes. Durante años se volcó en sus estudios de ingeniería y en los deportes de invierno que le apasionaban. Pero en realidad la fe, que permanecía adormecida, esperaba el momento de volver a encenderse. La chispa saltó cuando ya tenía 36 años y a su madre se le presentó un cáncer que la llevaría a la muerte. Darrick la cuidaba en la granja familiar, en Dakota del Norte.
Sabía que eran sus últimos días con ella, y empezó a plantearse preguntas sobre su vida, y también sobre la fe que había aparcado en el desván. Le urgía encontrar una respuesta sobre el sentido de todo aquello y sobre el destino de su madre, por primera vez la pregunta sobre Dios se hizo real en su vida. En esos días finales su madre le hizo prometer que iría a misa cada domingo, y una vez fallecida, al volver a su casa en Denver y a su trabajo de ingeniero tecnológico, cumplió lo prometido.
Empezó a ir a misa y se apuntó a colaborar en varios servicios parroquiales. Poco a poco se daba cuenta de que quería estar más cerca de Dios, hasta el punto de pedirle a Jesús que le manifestase con claridad lo que quería de él, y que le diese la gracia de responder “sí”
En 2013, con 38 años, ingresó en el Seminario Nacional Juan XXIII, dedicado especialmente a las vocaciones tardías, y ahora ha sido ordenado en la catedral de Denver. Su obispo le ha destinado a la parroquia de Saint Mary en Aspen, así que siendo un entusiasta de los deportes de invierno, ha podido contactar fácilmente con la población que los practica. No es raro verle bendecir las tablas y los esquíes, y sobre todo anunciar que Dios no deja de llamar, y que siempre es posible volvernos hacia Él, aunque nos hayamos retirado por un tiempo.