'Father Goyo', el profesor de Toledo que se ordenó sacerdote en EEUU y que es un fenómeno en las redes
El padre Goyo nació en una familia humilde de Toledo, se fue a vivir la vida a EEUU y acabó en el seminario
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Yo le doy las buenas tardes, pero él los buenos días. Goyo tiene 46 años es de un lugar "pequeño y pobre" cerca de Toledo. Hoy predica en una parroquia de Los Ángeles a más personas que habitantes tiene su pueblo. Estudió para ser profesor, y a los 23 años encontró una oportunidad en Estados Unidos. Empezó a ganar dinero y a vivir una vida completamente distinta, precisamente en esa 'tierra de oportunidades'.
Nació en La Villa de Don Fadrique al sureste de Toledo. Nació en una familia "muy de Iglesia" pero lo dejó de forma radical. Se enamoró de Dios de mayor, después de haber vivio una vida muy "materialista" cuando le contrataron como maestro en EEUU. "¿Qué estoy haciendo, llevo diez años sin ir a la Iglesia?" Un día llamó a su madre y le pidió que se sentara antes de contarle el alejamiento que estaba viviendo.
"Yo salía todos los días". Un día, después de salir con sus amigos y beber, llegó a casa "tan fuera de sí" que se acostó en el sofá con la tele encendida. "Me levanté muy mal", y en ese momento, entre el dolor de cabeza que le regalaba la mañana después de la fiesta, en la televisión se veía bien claro y con contundencia, una solo frase: 'No tengas miedo'. Era el entierro de san Juan Pablo II.
La reconversión
Dice que algunos dirían que está "loco" pero "en un segundo vi toda mi vida, fue increíble". En ese momento se preguntó: "Dios mío, ¿qué estoy haciendo?" Goyo vuelve a empezar a ir a misa aunque no se acordara bni lo que había que contestar, "mi madre me lo enseñaba por teléfono".
"Poco a poco volví a ir a misa, a un grupo de jóvenes... Me enamoré de Dios de otra manera". De una forma sencilla pero fuerte, Goyo vuelve a su fe católica. De nuevo vuelve a poner en Dios su felicidad, al que describe como "un huracán tranquilo".
Pero, ¿qué pasa con el hijo pródigo después del banquete y el abrazo del Padre? Nunca antes había hecho esta preguna en una entrevista ante una conversión. Pero a Goyo se le pusieron los pelos como escarpias, según sus propias palabras, al mencionarlo. Precisamente se encuentra escribiendo un libro sobre este tema -además de triunfar en las redes sociales como @frgoyo-.
La vida después del 'banquete'
Después de ese encuentro, de ese enamoramiento, de ese 'banquete', la vida cambia. Ya nada vuelve a ser lo mismo. Goyo asegura que no desaparece el sufrimiento ni las dificultades, pero ese amor te guía. Tanto, que con 33 años le viene a la cabeza una pequeña idea. Una voz -en el sentido figurado- que se pregunta ¿por qué no ser sacerdote?
"Con las cosas que he hecho, ¿cómo voy a ser sacerdote?" No era un "criminal" pero a veces le costaba comprender que Dios estuviera por encima de todo aquello. Finalmente ingresa en el seminario y actualmente es sacerdote y párroco de Santa Filomena.
Acumula casi 20.000 seguidores en Twitter e Instagram y me cuenta que le da "muchos dolores de cabeza". Pero es una ocasión para contar historias y acercar a Dios a los demás. Dice que la clave para evangelizar y llegar a las personas, es dar importancia a la música y a las buenas homilías. "No es lo mismo una homilía de media hora, que una buena de cinco minutos".
En su perfil de Instagram reza: "Ser alegre no significa que no sufras, significa que confías incluso cuando sufres". No sé si funcionará esta frase, pero al otro lado del teléfono, a miles de kilómetros de distancia, yo escuchaba a una persona alegre.