La historia de Raúl, refugiado político en España: "Sufrí amenazas de muerte y ya no podía soportar el estrés"
Este lunes se celebra el Día Mundial de los Refugiados y en ECCLESIA nos hemos acercado hasta la ONG Pueblos Unidos gestionada por los jesuitas para conocer de cerca su trabajo
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Raúl ha arriesgado todo lo que tenía para buscar un futuro mejor junto con su hija de 15 años. En El Salvador lo llegaron a amenazar de muerte a él y a su hija y ya no podía soportar más el continuo estrés al cual estaba sometido.
Este lunes se celebra el Día Mundial de los Refugiados y en ECCLESIA nos hemos acercado hasta la ONG Pueblos Unidos gestionada por los jesuitas para conocer de cerca su incansable trabajo con los migrantes. Raúl es uno de ellos: refugiado político que llegó a España el año pasado y ahora, poco a poco, está intentando buscar un futuro mejor.
La terrible historia de Raúl en El Salvador
En su país, Raúl formaba parte de los movimientos sociales que nacieron después de los Acuerdos de Paz: “En la época de la guerra pierdo dos de mis hermanos que son asesinados por parte del Gobierno y, aparte del rencor que te va acompañando, uno intenta cambiar El Salvador”.
Tras sufrir amenazas directas de muerte, Raúl decide que había llegado el momento de salir del país: “Allí siempre le buscan el “lado flaco” de la persona y sabían que yo tenía una sola hija […] empezaron a pasar muchas cosas y ya no podía soportar el estrés. Era una situación complicada y el 29 de octubre decido viajar. Nos vamos primero a México con mi hija y le dije que íbamos a celebrar sus 15 años, y de allí nos venimos directos a España”.
"Trataba de buscar alguna forma de salir adelante"
Los primeros meses en España no fueron fáciles: “Trataba de buscar alguna forma de salir adelante y no hallaba cómo. Pasé dos meses alquilando una habitación, y después la única alternativa que tenía era Pueblos Unidos. Decido venir aquí un 12 de enero y me reciben muy bien”.
Su hija consigue entrar a estudiar al Colegio Padre Piquer y empiezan así los trámites para pedir asilo político y entrar así al programa de la Cruz Roja: “En eso estamos, esperando. Es un proceso que lo lleva uno a alejarse de la tierra, es complicado”.
"Hay momentos donde uno piensa en regresar"
“Si nos logran dar el asilo político muy bien, y si no seguiremos caminando, buscando, tocando puertas. Lo que más me hace feliz es saber que mi hija ha salido con buenas notas, se graduará en 4º ESO y, a pesar de su edad, es una mujer muy fuerte y luchadora, que me da ánimos a seguir adelante, pase lo que pase”, nos cuenta un emocionado Raúl.
Pueblos Unidos ha estado al lado de Raúl desde el primer momento, dándole una casa donde poder estar: “Tener un lugar donde uno puede descansar, dormir por la noche, bañarse. Créanme que hay momentos donde uno piensa en regresar y pienso en cómo podré seguir aquí. Pero lo único que hay que hacer es seguir adelante”.