La historia del hombre que caminó 140.000 km con una imagen de la Virgen a cuestas

Joao Pozzobon cargaba con una imagen de la Virgen María por todo Brasil y rezaba el rosario con cientos de familias

La historia del hombre que caminó 140.000 km con una imagen de la Virgen a cuestas

Javier González

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Joao para en medio del camino y da media vuelta -como buenamente puede, con lo que le permite el peso en la espalda- y comprueba que no hay nadie a su alrededor. El hombre posa con cariño la imagen de la Virgen María que lleva a hombros y aprovecha el descanso para secarse el sudor de la frente con un pañuelo que guarda en el bolsillo interior de su chaqueta. Eso sí, en la otra mano, no suelta la cuenta del rosario.

La 'media vuelta' y el camino, le tientan: con lo bien que estaría en casa con su mujer y sus hijos. Pero hacia el otro lado sabe que hay hogares y familias, esperando a María. Así que Joao Pozzobon, deja de dudar, termina su parada, recoge de nuevo a su Madre y sigue hacia delante. Lleva cientos de kilómetros bajo la suela de sus zapatos, pero siente que tiene que llevar a María a todas las casas que pueda.

Joao nació en Sao Joao de Polesine, un lugar al sur de Brasil, en una familia sencilla en diciembre de 1904. Es el tercero de nueve hermanos, y tal vez la costumbre de rezar todas las noches el rosario en familia, a los 10 años dice que quiere ser sacerdote. De hecho, ingresa en el seminario de los Padres Palotinos para cumplir ese sueño que había surgido en su interior, pero su salud y unos problemas en la vista, le impiden completar sus estudios.

El camino hacia la misión

Tampoco puede acudir al servicio militar, pero es que Dios, tenía otros planes para él. A los 23 años se casa y fruto de ese matrimonio nacen dos hijos. Pero la vida le vuelve a dar un revés, y su mujer muere a los 28 años. Joao no se rinde, y sigue adelante ganándose a la gente con su honradez y sencillez, trabajando como campesino y después en una pequeña tienda. A los 32, se casa con Victoria Filipetto con quien tiene cinco hijos.

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En 1947, cuando Joao tenía 43 años, conoce el Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Un movimiento que -causalmente- fundó un padre palotino llamado José Kentenich. Aquí entabla una relación especial con María junto a su habitual rezo del rosario, es por ello que no puede evitar responder a la llamada del Papa Pio XII en 1950, que procalama el dogma de la Asunción de la Virgen María y un año santo especial.

Cuando algo proviene de Dios, un hombre puede mover el mundo

A nuestro protagonista brasileño, le llega a sus manos una imagen de Nuestra Señora de Schoenstatt, con el mandato de acudir con ella a rezar el rosario en las casas de sus vecinos. Él recibe este acontecimiento como una gran misión, y comienza una gran obra apasionante.

La misión: llevar a María a todos los hogares

De la mano de María, Joao iba casa por casa, llevando esta bonita imagen a diferentes familias, para rezar el rosario a su alrededor. El efecto que producía este evento debió ser un éxito, ya que pronto empiezan a llamarle directamente para visitar colegios, hospitales y casas más lejanas. Él trabaja por la mañana con su familia en la tienda, y por la tarde se dedica a caminar con la Virgen.

"Cuando algo proviene de Dios, un hombre puede mover el mundo. Yo le dije a Nuestra Señora: 'tengo siete niños y una mujer, y soy responsable a Dios por mis niños y por mi mujer. Pero si es de la voluntad de Dios y la Vuestra, un hombre puede mover montañas.' Y todo fue bien. En los primeros años de la Campaña, yo dedicaba a la Madre y Reina dos horas por día de mi tiempo. Cuándo los niños estaban ya más crecidos y podían trabajar en la tienda, pasé a dedicarme exclusivamente a la Campaña. Si Dios quiere que alguien actúe en una tarea, también concede el tiempo para dedicar a su familia."

Más y más gente piden a María

Poco a poco, la acción de Joao Pozzobon comienza a extenderse. Otros siguen su ejemplo y las Hermanas de María comienzan a recrear esa imagen que porta Joao de un lado a otro, en diferentes copias para que la imagen pueda visitar muchas más casas. Pero eso no impide que nuestro protagonista continúe con su misión. Las visitas de María cambian el corazon de la gente, se producen conversiones, familias que vuelven a la Iglesia...

Joao nunca cesa en esta tarea y entorno a su misión, surgen otras acciones solidarias para ayudar a los más necesitados y llevar el mensaje de Jesús a todas las personas. En junio de 1985, el brasileño ofrece su vida a María en el santuario de la advocación de la Virgen con la que caminó 140.000 kilómetros en sus casi 40 años de apostolado. Escasos días después, de camino a misa en el mismo santuario, sufre un accidente y fallece en el hospital.

Su proceso de canonización abierto en 1994, no es su único legado. De su ejemplo nació el proyecto de la 'Virgen Peregrina', unas imágenes -similares a la de Joao- que visitan millones de hogares en el mundo entero. Está presente en más de cien países e incluso en la Antártida, hay una estatua de Nuestra Señora de Schoenstatt. En Brasil hay casí dos millones y medio de personas que reciben a la Virgen Peregrina en sus casas.

Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Maria Fischer (@schoenstattorg_) el 1 Feb, 2020 a las 11:53 PST

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