La Presentación de La Virgen María

La vida de nuestra Madre siempre marca el camino de todo cristiano para llegar a Dios. Su presencia se muestra cada día en el Santoral. Por ejemplo, hoy nos adentramos en una celebración mariana: la Presentación de la Virgen María. 

Es una tradición antiquísima la que cuenta cómo María, siendo Niña, es presentada por sus padres Joaquín y Ana, en el Templo, consagrándose al Señor, que la había hecho concebida sin pecado y la preparaba para ser su Madre. El 20 de noviembre del año 543, tiene lugar en Jerusalén la Dedicación de la Basílica Santa María La Nueva, erigida sobre la Colina de Sión ante la explanada del Templo. 

La Liturgia Bizantina presenta a María en esta jornada como la Purísima y la Fuente perpetuamente manante del Amor, así como el Templo Espiritual de la Santa Gloria de Cristo Nuestro Dios. Siendo Modelo para todos los cristianos, es también referente para todos los que se consagran de forma especial al Señor. 

Ruega por nosotros, Amorosa Madre para que tu Hijo no nos desampare. De tus ojos penden las felicidades. Míranos Señora, no nos desampares. Bien veo Señora, Madre de mi alma que por mis pecados lágrimas derramas. Esta celebración, ya tenía cabida el siglo VI en Oriente, siendo introducida en Occidente por el Papa Gregorio XI.

Esto lo hizo al ver la repercusión que tenía en Grecia, según la información recibida por el Canciller de la Corte de Chipre. Cuando fue designado Legado Pontificio ante la Santa Sede contó al Santo Padre esta costumbre. Pero será el Pontífice Sixto V, quien la promueve definitivamente como Fiesta Universal, para que se viva en toda la cristiandad.