Las pruebas que evidencian que con el Santo Sudario de Oviedo se limpió el rostro de Cristo al morir
Oviedo acoge este 23 y 24 de mayo un curso en el que se abordarán las últimas investigaciones sobre el Santo Sudario que custodia la Catedral de Oviedo desde hace un milenio
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El Santo Sudario, el lienzo de lino manchado de sangre que se conserva en la Catedral de Oviedo y que podría ser el que cubrió el rostro de Jesucristo tras ser crucificado para limpiarle su rostro, será objeto de análisis científico. Se trata de un pañuelo de lino con varias manchas, de forma rectancular, de algo menos de un metro de largo y cincuenta centímetros de ancho que sirvió para cubrir por completo el rostro de Cristo.
De esta manera, este miércoles y jueves, 23 y 24 de mayo, la capital de Asturias acoge un curso sobre el Sudario en el que se abordarán las últimas investigaciones y trabajos en torno a él.
Todo hace indicar, a tenor de las investigaciones realizadas, que se trata realmente del Santo Sudario empleado en el Gólgota, zona exterior a la muralla de Jerusalén donde fue crucificado Cristo, tal y como apunta el promotor del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología, Guillermo Heras Moreno, que participará en el curso.
El Santo Sudario, al que hace referencia al Evangelio de San Juan, llegó a España procedente de Jerusalén con motivo de las invasiones persas, para poder protegerlo. De hecho, según los estudios, se acredita que desde el año 812 ya se encontraba en Oviedo.
El Arca Santa, el tesoro que custodia la reliquia del Sudario en la Catedral de Oviedo
El Sudario está custodiado en el Arca Santa, y constituye uno de los principales tesoros que se custodian en la Catedral de Oviedo. El arca llegó a España por Cartagena, siendo traslada posteriormente a Toledo y, tras la invasión musulmana de la península, llevada al norte y ocultada durante ochenta años en la cueva de Santo Toribio en el monte Monsacro. Finalmente, fue trasladada hasta Oviedo por Alfonso II El Casto.
El presidente de la Asociación del Sudario de Oviedo, Ángel Jiménez Lacave, ha explicado en 'Ecclesia al día' que la reliquia se venera desde el siglo XI, aunque en ese momento aún pasaba sin pena ni gloria por el templo asturiano: “No se sabía exactamente qué era”.
Todo comenzó a cambiar con la investigación de la Síndone de Turín, entre los que se encontraba el Padre Giulio Ricci: “En el Evangelio de Juan se habla de dos lienzos, el caído y el Sudario. Se preguntaban qué tenían en Turín, si era el lienzo o el Sudario”, ha continuado argumentando Jiménez Lacave.
La duda existió hasta que Ricci encontró un documento con el siguiente texto: 'Sudarium Domini': “Por el tipo de manchas y el tamaño pensó que podría ser el sudario que cubrió a Cristo al morir”, ha recalcado el presidente de la asociación.
Las pruebas que demuestran la veracidad del Santo Sudario de Oviedo
En 1989 el Grupo del Centro Español de Sindonologia realizó un análisis forense en el que se demuestra que quien empleó el sudario murió por un edema de pulmón, que tenía señales punzantes en la zona de la frente, hay áloe y mirra (empleado para limpiar el cuerpo de Cristo) o se ha detectado que la tela es de lino típico de la provincias romanas. Elementos que coinciden con la muerte de Jesús, como expone Jiménez Lacave: “No se ha encontrado nada que demuestre que no puede ser auténtico”.
En este sentido, ha desmentido que las pruebas de carbono 14 desmientan la veracidad del Sudario, ya que los estudios datan de anterior del siglo VII la tela, tal y como se recoge en la investigación del ingeniero químico Felipe Montero: “El carbono 14 analiza la antigüedad del lino y de los materiales superpuestos a lo largo de la historia que contaminan la tela. Lo único que se puede decir es que el Sudario es anterior al siglo VII", ha insistido.