Los obispos advierten que la paz no será posible "sin cuidar las relaciones con la naturaleza"

La Iglesia española se une a la Jornada de Oración por el cuidado de la creación el 1 de septiembre, recordando que la crisis climática pone en riesgo la vida de muchos seres

Los obispos advierten que la paz no será posible "sin cuidar las relaciones con la naturaleza"

Redacción Religión

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Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social han publicado su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación que la Iglesia celebra el próximo 1 de septiembre.

De esta manera, la Iglesia española se une a la invitación del Papa Francisco para celebrar el Tiempo de la Creación que comenzará en septiembre y se prolongará hasta el 4 de octubre, día de san Francisco de Asís, patrón de la Ecología.

En su mensaje, los obispos recuerdan que los hombres están llamados a “cuidar de la casa natural”, pero advierte de que el ser humano no puede “considerarse como el centro absoluto del universo”, a la vez que reconoce su interdependencia con otros seres vivos y el medio ambiente del que el humano forma parte.

Los obispos de la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social remarcan que el resto de criaturas tienen “un valor propio” por lo que, desde esa perspectiva, “no es irrelevante que desaparezcan tantas especies, que la crisis climática ponga en riesgo la vida de tantos seres”, por lo que instan al hombre a tener en cuenta “aquella ecología humana que preserva su misma existencia”.

En un contextro de injusticias y guerras fraticidas en tantos lugares del mundo, los obispos alertan que todo ello conlleva una mayor contaminación de “la madre tierra, violentada y devastada, que se vuelve así inhóspita y, en muchos casos, mortal para los más pobres y débiles de la humanidad”.

Al final del mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación, los obispos insisten en que la humanidad tiene la misión de cuidar “la casa común”, lo que nos compromete, aseguran, “a dar pasos firmes en el interés del cuidado de la creación como algo esencialmente unido a las preocupaciones sociales de la humanidad, inseparable de la preocupación por el desarrollo de la fraternidad universal, así como del cuidado de los más débiles y vulnerables de nuestras sociedades”.

Así las cosas, concluyen afirmando que la fe de los cristianos “nos compromete a no dejar en la intemperie de una naturaleza desgraciada a las próximas generaciones y comprender que no habrá paz verdadera sin cuidar las relaciones entre nosotros, con la naturaleza y con Dios”.