Los sacerdotes de Sierra de la Culebra relatan a ECCLESIA cómo han vivido el incendio: "Me unió al pueblo"
El incendio en la comarca zamorana ha quemado un total de 30.000 hectáreas, siendo uno de los daños ambientales más importantes en la historia de nuestro país
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Los incendios ocurridos estos días en la zamorana Sierra de la Culebra han quemado un total de 30.000 hectáreas, siendo uno de los daños ambientales más importantes en la historia de nuestro país. En su visita a la zona este miércoles, 22 de junio, Pedro Sánchez ha anunciado un plan de ayudas especial para esta reserva natural que contará con una partida presupuestaria de dos millones de euros.
Y es que son muchos los habitantes que se han visto afectados por la acción del fuego, a lo que se suman las pérdidas de fauna y flora. Un verdadero mazazo medioambiental y económico.
En los peores momentos del incendio, muchos de los vecinos tuvieron que ser desalojados de sus viviendas y trasladarse a pueblos cercanos donde el fuego o el humo no estaban presentes con tanta intensidad.
La labor de la Iglesia ha sido importante en esta semana de tensión e incertidumbre. Muchos de los afectados pernoctaron en el pabellón municipal de Alcañices, que es el pueblo más grande de la comarca de Aliste. El párroco del municipio y arcipreste de Aliste-Alba, Fernando Lorenzo, ha relatado en ECCLESIA que se habilitaron en la zona varios pabellones.
“Se instalaron en Villardeciervos, Sarracín y Alcañices para que fuera llegando los desalojados por prevención. Gracias a Dios, salvo a una casa abandonada en Villardeciervos, nadie ha sufrido ningún percance ni vidas humanas, solo ha habido dos heridos”, ha explicado.
La pérdida es incalculable a nivel medioambiental, pero se ha puesto de manifiesto la solidaridad de la comarca de Aliste con los afectados, tal y como ha hecho hincapié el sacerdote: “Los médicos cuando salían de trabajar echaban una mano durante horas, al igual que Protección Civil, enfermeros, policías... que ayudaban en el reparto de comidas y proporcionarles a la gente lo que necesitaban. Ha sido un ejercicio de solidaridad bonito y digno”, asegura.
Por su parte Cáritas puso a disposición de los pabellones, gestionado por Cruz Roja, sus medios: “Hemos estado ahí para acompañar y escuchar a las personas, que es un ejercicio bonito y sanador para ellos”, ha expresado el sacerdote.
Asimismo, la entidad de la Iglesia habilitó su residencia de ancianos en Alcañices donde se alojaron dos ancianas octogenarias que no podían dormir en una colchoneta en el suelo: “Tenían movilidad reducida y abrieron las puertas de la residencia. También se abrió el albergue de peregrinos, en la estación de autobuses se pusieron camas, las casas parroquiales se habilitaron por si hacía falta.... Lo importante era la acogida y la alimentación”, sostiene el Padre Fernando Lorenzo.
Ahora, lo importante es que las administraciones actúen cuanto antes para reparar los daños, aunque la Iglesia no se olvida de quienes se han visto perjudicados por la acción de las llamas. Por ejemplo, tres cofradías de Zamora han organizado un partido de fútbol cuyos fondos (la inscripción son 50 euros) se destinarán a personas afectadas por este incendio en Sierra de la Culebra: “Toda aportación es necesaria. Las cofradías no pueden estar al nivel de las administraciones, pero pone su granito de arena. Todo lo que sea sumar es bueno”, subraya el arcipreste de Aliste-Alba.
A unos kilómetros de Alcañices se encuentra la localiad de Villardeciervos de unos 400 habitantes, donde el Padre Vladimir ha anunciado que se reunirán con el obispo de Zamora para analizar cómo ayudar: “Tengo claro que hay que orar y hacer colectas para destinarlo a las necesidades que vendrán”.
Cáritas ayuda a unas seis familias ahora en el municpio pero “no se sabemos si se ampliará”. El Padre Vladimir, al igual que el resto de vecinos, durmieron en el pabellón varias noches. Una experiencia que le ha marcado como sacerdote: “Compartí la misma situación con la gente. Fue bonito, me unió mucho con el pueblo y me hace sentir cercano a ellos”, ha señalado en declaraciones a ECCLESIA.
Por su parte en Mahide también el fuego ha arrasado el campo, aunque no llegó a las viviendas. Su párroco, el Padre Marcelino, ha afirmado en ECCLESIA que la labor de la Iglesia en estos casos es “estar ahí”, aunque precisa que los daños están ahí: “Es estar junto a ellos y que sepan que en cualquier momento pueden contar contigo”.