Un mártir de la persecución religiosa, nuevo patrón de los laicos de México
La Santa Sede ha declarado patrón de los laicos mexicanos a Anacleto González Flores, mártir de la persecución religiosa
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La Santa Sede ha acogido positivamente la petición unánime del episcopado de aquel país, y Anacleto González Flores es ya el Patrón de los laicos mexicanos, una elección muy significativa por su perfil.
Anacleto nació el 13 de julio de 1888 en una familia pobre de Tepatitlán, en el estado de Jalisco. Después de un período en el seminario, se aclaró su vocación laical y desempeñó varios trabajos antes de graduarse en Derecho. Fue un gran pedagogo, catequista y líder social, y participó en primera línea en la dura batalla en defensa de la fe católica y la religiosidad del pueblo mexicano durante los años difíciles de la persecución por parte del Gobierno. En reconocimiento a esta labor el Papa Pío XI le otorgó la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice.
Casado y padre de dos hijos, el “Maestro Cleto”, como le conocen cariñosamente en México, escribió numerosos libros y artículos, y fundó la Asociación Católica de la Juventud Mexicana de Guadalajara y la Unión Popular, que llegó a contar con decenas de miles de afiliados. Durante la denominada “Guerra Cristera” defendió la lucha no violenta de los católicos en defensa de sus derechos y de la libertad religiosa frente a las agresiones del Estado laicista.
A pesar de ello, por tratarse de un líder con profundo arraigo popular, al amanecer del 1 de abril de 1927 fue arrestado y trasladado al cuartel de Colorado donde fue sometido a crueles torturas, ya que pretendían que revelase el paradero del Arzobispo de Guadalajara. Antes de morir, Anacleto perdonó a sus torturadores y les aseguró que tendrían en él a un intercesor cuando se presentaran al juicio de Dios.