Mons. Argüello echa de menos medidas para impulsar la natalidad en los planes de Pedro Sánchez hasta 2050

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó la pasada semana su proyecto para asentar los cimientos que permita a España superar los desafíos pendientes durante las próximas tres décadas, hasta el 2050.

El jefe del Ejecutivo hizo referencia a los impuestos, a las ayudas en materia de vivienda, al futuro de las pensiones… y dio por hecho que el invierno demográfico continuará en los próximos años. Tanto es así que Sánchez admitió que se prevén 800.000 estudiantes menos de entre 3 y 15 años como consecuencia de este estancamiento en la natalidad, lo que implicaría el cierre de unas 33.000 aulas.

Pero el Gobierno no solo no lo ve como un problema, sino como una oportunidad, ya que apuntaba Pedro Sánchez que esto permitirá a nuestro país duplicar el presupuesto por alumno hasta equipararlo con el que ya tiene Dinamarca sin incurrir en un incremento significativo del gasto público. Así las cosas, esperan poder duplicar el gasto por alumno en infantil, Primaria y ESO y pasar de los 4.880 euros actuales a unos 9.640 en 30 años.

Sin embargo, este optimismo del Ejecutivo socialista no es compartido por multitud de colectivos y ciudadanos, que se preguntan cada día quien asumirá las pensiones del futuro si apenas nacen niños.

La pandemia tampoco ha contribuido a ser más positivos en este ámbito, ya que durante los primeros nueve meses de covid-19, la natalidad siguió cayendo. En el mes diciembre dieron a luz un 20% de bebés menos que en el mismo mes del 2019 con 23.226 niños, lo que supone un récord a la baja desde 1941, en plena posguerra.

El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, ha mostrado en su cuenta de Twitter su preocupación por este ámbito, y por la ausencia de propuestas en la Agenda 2050 del Gobierno para fomentar la natalidad: “España2050 asume el envejecimiento, pero no promueve la natalidad; insiste en las bondades de nuestro país, pero están ausentes nación y patria; elogia el optimismo y olvida la esperanza. Aún así, merece la pena dialogar a largo plazo, pues los sueños se construyen juntos”, comenta el obispo auxiliar de Valladolid en el tuit.

Pese a esta preocupación, el portavoz de los obispos sí que ve con buenos ojos la intención de establecer un diálogo con toda la ciudadanía para construir un futuro juntos, marcado por el progreso.