El obispo de Vitoria, indignado tras conocer que 18 migrantes murieron cada día en 2023
El informe de 'Caminando Fronteras' revela que 6.618 personas murieron tratando de llegar a España por mar. Juan Carlos Elizalde pide políticas que protejan a las personas
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El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, se ha mostrado muy crítico con las autoridades tras conocer que en el año 2023 murieron un total de 6.618 personas en el mar tratando de llegar a nuestro país procedente de África.
Tal y como recoge la ONG 'Caminando Fronteras' en su informe 'Monitoreo Derecho a la Vida', un total de 18 muertos diarios durante el año que acaba de concluir. Según la organización, la cifra supera dos veces la de 2.390 migrantes ahogados en 2022.
El motivo de este incremento en el número de fallecidos fueron los centenares de cayucos desde Senegal, Gambia y Mauritania buscando puerto en Canarias. Asimismo, 'Caminando Fronteras acusa a la Unión Europea de su política migratoria que está ocasionando más drama en el mar.
La portavoz y directora de Caminando Fronteras, Helena Maleno, ha denunciado que en España "se ha establecido en las fronteras del Estado español la omisión del deber de socorro como una práctica de control migratorio".
Unos datos que, como hemos comentado, no ha pasado desapercibido para el obispo de Vitoria, que ha sido muy crítico con los gobiernos europeos a través de su cuenta de X (antes Twitter): “No hay país, ni gobierno, ni sociedad que soporte una media de 18 perdidas humanas a diario en 2023. Necesitamos políticas que protejan a las personas, que promuevan el derecho a permanecer en sus países y que promocionen una acogida digna y segura”, se puede leer en su mensaje.
Una reacción por parte de Juan Carlos Elizalde que llega el mismo día en el que los obispos de la Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad humana ha publicado un comunicado sobre el Pacto de la UE sobre Migración y Asilo del pasado 20 de diciembre. A la espera de las concreciones técnicas y basándose en el texto presentado, la Subcomisión ha expresado “su decepción ante una oportunidad perdida para mejorar políticas y leyes vigentes respecto a la acogida y protección de migrantes y refugiados en Europa”.
“No encontramos en el texto un Pacto con una visión integral centrada en la persona y el bien común, sino un pacto para el control y la externalización de las fronteras”, exponen los obispos.