Los obispos españoles apelan "por un lenguaje común de la fe" para reforzar la unidad de las comunidades cristianas

La Iglesia española se prepara para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos desde el próximo 18 hasta el 25 de enero con el lema «¿Crees esto?» (Jn 11,26). El jubileo abierto por el papa es un tiempo de gracia en el que este año tiene su marco propio el Octavario por la Unidad de los Cristianos. La comunidad monástica de Bose ha preparado los textos oracionales y de meditación eligiendo como lema y reclamo que nos interpela el pasaje evangélico del diálogo entre Jesús y Marta acerca de la resurrección.

Con motivo de este año santo, los obispos de la Subcomisión Episcopal para Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso han mandado un mensaje en el que recuerdan, para la celebración de esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que la Iglesia conmemora en 2025 los 1700 años del Concilio de Nicea —que tuvo lugar en el año 325 d. C.—. En aquel concilio se proclamó la fe profesada en el credo que une a los cristianos que confiesan el misterio de Dios uno y trino.

Los obispos destacan la importancia del Concilio de Nicea «que supuso un hito en la historia de la Iglesia porque configuró una herencia dogmática y litúrgica común en el credo que recitamos en los domingos y solemnidades en la santa misa, texto de convergencia de todas las Iglesias y comunidades eclesiales, cuya mejor comprensión y explicación catequética se ha convertido en un objetivo fundamental del Consejo Ecuménico de las Iglesias y de la Iglesia Católica en fraterna colaboración y empeño».

Es por esto que señalan que «hoy como siempre necesitamos un lenguaje común de la fe, sin el que será muy difícil salvar la unidad de fe de las Iglesias y la reconstrucción de la unidad visible de la una, santa y católica Iglesia».

Por todo ello, los obispos concluyen que la reciente constitución de la Mesa de Diálogo Interconfesional, formalizada el pasado 16 de septiembre, es «manifestación de la fraterna relación de las confesiones cristianas en nuestro país y es un signo del espíritu de sinodalidad que nos anima y nos ayudará a consolidar la colaboración entre las Iglesias y las comunidades eclesiales».