Omella pide soluciones al problema de la vivienda tras el suicidio de dos hermanas desahuciadas

El arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha rezado por las almas de las dos hermanas de Barcelona de 54 y 64 años que se suicidaron horas antes de ser desahuciadas de su vivienda de la calle Navas de Tolosa en el distrito de Sant Andreu.

Las víctimas habían vivido en ese piso de alquiler con su madre, que falleció de covid. Tras la muerte, las hermanas se encerraron y apenas tenían contacto con nadie. El cardenal Omella ha reclamado en su cuenta de X (antiguo Twitter) una acción coordinada de todas las administraciones públicas, las entidades y la ciudadanía “para que el acceso a la vivienda no sea una pesadilla”.

"Tener un hogar es fundamental para una vida digna”

Una petición que precisamente hacía el titular de la archidiócesis de Barcelona en su última carta dominical. En este sentido, el cardenal Omella recuerda que el derecho a la vivienda “está universalmente reconocido y en nuestro país promulgado constitucionalmente”, pero este reconocimiento no impide que demasiadas personas, especialmente jóvenes, “no puedan tener acceso a ella” por el elevado precio de los alquileres y comprarlas en propiedad: “Esto hace también que los desahucios, a veces con consecuencias trágicas, se den cada día”, ha denunciado el arzobispo de Barcelona.

Ante esta situación, Omella recalca que tener un hogar “es fundamental para una vida digna”, por lo que reclama a la clase política, entidades y ciudadanía acciones coordinadas “para que el acceso a la vivienda no sea una pesadilla”.

Dos de cada cinco personas de la diócesis de Barcelona, con problemas en vivienda

En la carta dominical, el cardenal Omella hacía referencia al Observatorio de la Realidad Social de Cáritas Barcelona, que revela que tres de cada cuatro hogares acompañados por Cáritas “no disponen de una vivienda digna”, tal y como se manifestó en la presentación de la memoria 2023 durante la última fiesta de Corpus.

A su vez, Omella lamenta que el informe también recoge que dos de cada cinco personas de la diócesis de Barcelona “sufren algún tipo de dificultad relacionada con la exclusión residencial”.

De ahí que Juan José Omella haya pedido una reflexión social “que condujera a actuaciones efectivas en favor de este derecho humano fundamental, tal como el Papa Francisco pidió ya hace años: '¡Ninguna familia sin vivienda! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún trabajador sin derechos! ¡Tierra, techo y trabajo son derechos sagrados!”, ha expresado Omella.