Osoro, en la Misa de la Almudena: "En situaciones de crisis es necesario arrimar el hombro y abrir el corazón"
En su homilía, el arzobispo de Madrid ha reivindicado a la Virgen María como figura que "vive y nos invita a vivir la experiencia de comunión, participación y misión"
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Las cámaras de TRECE se han desplazado hasta la Catedral de la Almudena este 9 de noviembre para vivir con los fieles la festividad de la patrona de Madrid. Presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, ha contado con la presencia de los obispos auxiliares, los vicarios episcopales y el cabildo.
En su homilía, el arzobispo de Madrid recordaba que hace un año la Almudena no pudo salir a la calle, como consecuencia de las restricciones derivadas de la pandemia. Por contra, en este 2021 la Misa se ha podido celebrar en la explanada, donde a continuación ha tenido lugar la procesión en honor de la patrona: "Implica que hemos dejado atrás lo peor de la pandemia y, además, es una ocasión para que más madrileños se acerquen a nuestra Madre y descubran a esta mujer tan excepcional que, con una confianza absoluta, prestó la vida entera para dar rostro humano a Dios", ha recalcado.
Pero el cardenal Osoro es consciente de que este último año y medio ha servido para que la sociedad se haya descubierto frágil y llena de miedos: "Nuestra vulnerabilidad nos ha suscitado dudas y perplejidades, y han salido a relucir las grietas de nuestros estilos de vida y de los modos de organización de nuestras sociedades. Al vernos inmersos en una crisis sanitaria, económica y social, agravada por otros problemas como los ambientales o los alimentarios, ha resonado a la fuerza el recordatorio que hace el Papa en Fratelli tutti de que "nadie se salva solo" y de que "únicamente es posible salvarse juntos". Ha emergido con claridad la necesidad que el ser humano tiene de luz, de vida y de amor, y, de esa forma, vemos la conveniencia de construir una cultura del cuidado", ha señalado.
A continuación, ha reivindicado a la Virgen María como figura que "vive y nos invita a vivir la experiencia de comunión, participación y misión. La vida de María se resume en una expresión: "Escucha y acoge la Palabra de Dios". Esta escucha y acogida de la Palabra de Dios la lleva a vivir desde tres realidades –comunión, participación y misión– que también para nosotros son importantes".
"Santa María nos enseña y nos invita a poner a Dios en el centro de nuestra vida y de la historia. La presencia de Dios en medio de la historia que vamos haciendo los hombres nos da una Luz tan profunda que nos hace ver las sombras que aparecen en este mundo y en nuestras propias vidas. Caminemos con Santa María, con la novedad que Ella nos ofrece y aporta. ¿Se puede pensar el presente y el futuro de nuestra casa común y de nuestro proyecto común sin Dios? Al margen de Dios, ¿se pueden hacer proyectos sobre una realidad que ha sido diseñada por Él y no por los hombres? Se puede creer o no en Dios, pero no es lícito promover que sea retirado de la historia de los hombres".
En este sentido, el cardenal Osoro ha recordado que en situaciones de crisis como la actual, "es necesario arrimar el hombro y abrir el corazón. Esto implica acercarnos a nuestros hermanos, escucharlos, compartir vida con ellos y atender sus necesidades. Hemos de mirar a nuestras gentes, a las familias que atraviesan dificultades, a los jóvenes que no encuentran trabajo, a los ancianos que requieren ternura, a los más pobres que descartamos y muy a menudo dejamos a un lado del camino... Al poner a Dios en el centro somos conscientes de que tenemos un Padre, de que somos hijos y eso nos convierte en hermanos de los demás, y así vemos lo que es importante y lo que es secundario. La Virgen María supo poner a Dios en el centro, vivió una vida de entrega y hoy sigue acompañándonos", reflexiona.
Asimismo, ha expresado que Santa María "nos invita a vivir en misión permanente. En una época como la que estamos viviendo, muchos tienen la tentación de aislarse, de juntarse únicamente con los que son parecidos a ellos, de quedarse paralizados, pero la Virgen nos enseña a salir a los caminos reales por los que transitan los hombres y llevarles, no sin dificultades ni altibajos, la Buena Noticia. Cuando uno tiene un encuentro con el Señor como lo tuvo María, se descubre amado y siente la necesidad de entregar este amor a otros. No perdamos la oración. En diálogo con Dios, al percibir su ternura, descubriremos que Él escribe en el corazón. Y así entenderemos que, para diseñar una nueva época, nosotros también hemos de escribir en el corazón de los hombres. Hemos de entregarnos a la misión. Imitemos a nuestra Madre abriendo caminos".