Osoro, sobre los 10 años de Francisco: “Ha llegado al corazón tanto de los que creen como de los que no”

“El Papa Francisco no concibe un cristianismo triste, porque ser cristiano significa ser discípulo de Cristo”. Con esta declaración de intenciones ha comenzado el congreso 'La alegría del Evangelio. 10 años de Magisterio del Papa Francisco' que organiza la Pastoral Universitaria de Madrid y acoge la Universidad San Pablo CEU este miércoles y jueves (29 y 30 de marzo) para analizar lo que ha sido esta primera década del argentino al frente del ministerio petrino.

El consiliario nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, Fidel Herráez, ha recalcado que la alegría del Evangelio que proyecta Francisco es “una constante evangelización de la Iglesia y de los cristianos que dan testimonio gozoso de que Jesús vive hoy, que tiene palabras de vida para hombres y mujeres de nuestro tiempo”, ha expresado el también arzobispo emérito de Burgos.

Auza asegura que la dignidad de los no nacidos es la máxima preocupación del Papa. Por su parte el Nuncio Apostólico en España, Bernardito Auza, ha puesto en valor la labor del Papa Francisco por “iluminar nuestro compromiso cristiano en la tarea de cooperar en la evangelización”.

En este sentido, Auza ha repasado la tarea de los predecesores de Francisco en el ámbito de la evangelización. El Nuncio se ha remontado al ministerio de Pablo VI, quien escribió la exhortación Evangelii Nuntiandi en 1975 en la que proponía una evangelización total que, para Bernardito Auza, “significa anunciar la buena nueva en todos los ambientes de la humanidad y renovar a la misma humanidad”.

Sobre Juan Pablo II, ha destacado el “nuevo ardor y los nuevos métodos” de expresión del Evangelio, mientras que de Benedicto XVI ha resaltado la institución del Centro Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, así como la importancia que el alemán otorgaba a centros de formación como el CEU en la tarea de la evangelización: “Benedicto XVI ya dijo a los obispos españoles en 2012 que la nueva evangelización pasa por estas escuelas y la educación católica. La educación de valores cristianos es clave para la cultura de España” ha subrayado el filipino.

Sobre el Papa Francisco, ha hecho hincapié en la encíclica Evangelii Gaudium en la que establece, según el Nuncio Apostólico en España, que los valores del Evangelio “transforman a la sociedad humana, la cual queda involucrada en ámbitos como la economía, las finanzas, las ciencias... Propone la solidaridad para darle al pobre lo que le corresponde. Denuncia la inequidad, promueve la equidad”, ha comentado.

Bernardito Auza ha sostenido que para el obispo de Roma, la fragilidad más extrema es la que viven los bebés no nacidos: “El Santo Padre señala la fragilidad extrema de los inmigrantes o víctimas de la trata de personas, pero entre los débiles destaca los niños que están por nacer por ser los más inocentes de todos, y hoy se les quiere quitar la dignidad humana para hacer con ellos lo que quieran”, ha advertido.

Asimismo, añade la prioridad de Francisco por cuidar a las embarazadas con dificultades. Por otro lado, Auza ha destacado sobre el magisterio del Sucesor de Pedro actual en estos diez años su última encíclica, Fratelli Tutti, “en la que subraya la amistad social, el diálogo como clave para alcanzar la paz y la evangelización”, ha señalado.

Osoro, sobre Francisco: “Ha llegado al corazón tantos de los que creen como de los que no”

El arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, ha definido a Francisco como “un pastor de la Iglesia Universal”, ya que ayuda a toda la institución “en una nueva etapa histórica que ya estamos iniciando como dice en Evangelii Gaudium”, ha comentado.

Para Osoro, el Pontificado de Francisco en estos diez años se resumen en una “entrega generosa al servicio de la misión confiada por Jesucristo”. Y es que para el titular de la archidiócesis de Madrid, ha sido “una década de gracia para toda la Iglesia”.

“Muchos de los que se han alejado se han acercado a la Iglesia. Ha imitado la vida de Jesús, siguiendo las huellas del Señor que no vino a ser servido, sino a servir. Así lo sigue haciendo. Con su manera de vivir ha llegado al corazón de los hombres y mujeres, tantos de los que creen como de los que no. Es signo de fe, de unidad y reconciliación”, ha recalcado Osoro en el congreso organizado por la Pastoral Universitaria de Madrid.