Permanece estable dentro de la gravedad el obispo emérito de Ciudad Real
El obispo fue ingresado el pasado domingo, 20 de septiembre, en el hospital de La Paz de Madrid
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Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, fue ingresado el pasado domingo, 20 de septiembre, en el hospital de La Paz de Madrid, y continúa en estado grave. No ha empeorado su complicada situación: neumonía bilateral causada por la covid-19.
El hecho de que permanezca estable, intubado y con cuidados intensivos, anima a la esperanza. El proceso de curación puede ser lento sin cambios significativos inmediatos. Ingresó el domingo, 20 de septiembre, con el diagnóstico de neumonía causada por la covid-19. En la madrugada del martes, sufrió un empeoramiento que motivó su intubación y la aplicación de cuidados críticos. Desde esos momentos no ha habido ningún signo que indique un agravamiento de su estado.
Desde la diócesis de Ciudad Real, piden a todo el pueblo de Dios, laicos, monasterios y casas religiosas, consagradas y consagrados, sacerdotes y parroquias, que continúen rezando y ofreciendo la eucaristía diaria por la fortaleza en la enfermedad de nuestro obispo emérito y por su recuperación.
Su vida pastoral
El obispo Antonio Algora es, desde marzo de 2020, miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana. Nacido en La Vilueña (Zaragoza) el 2 de octubre de 1940, Algora reside en Madrid desde 2016, cuando dejó su cargo al frente de Ciudad Real, cuyo remplazo fue, por deseo del papa Francisco, Gerardo Melgar. Algora sucedió a Rafael Torija (1927-2019) como prelado de Ciudad Real y las órdenes militares en mayo de 2003 y cesó el 8 de abril de 2016, fecha desde la que sigue ejerciendo su labor pastoral en la iglesia Santa María la Mayor y San Julián en el barrio de Tetuán.
Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Madrid. El 23 de diciembre de 1967 fue ordenado de sacerdote y quedó incardinado en la que entonces era la Archidiócesis de Madrid-Alcalá.
Desde 1968 a 1973 fue Consiliario de las Hermandades del Trabajo en Alcalá de Henares. Trasladado a Madrid como Consiliario de los jóvenes de Hermandades, sustituyó al fundador, D. Abundio García Román, en 1978, como Consiliario del Centro de Madrid.
El 9 de octubre de 1984 fue nombrado Vicario Episcopal de la Vicaría VIII de la Archidiócesis de Madrid. El 20 de julio de 1985 fue nombrado Obispo de Teruel y Albarracín. Recibió la consagración episcopal el 29 de septiembre de ese mismo año.
Desde el 18 de mayo de 2003 era Obispo de la diócesis de Ciudad Real. El papa Francisco acepta su renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis el 8 de abril de 2016 y le nombra administrador apostólico, hasta la toma de posesión de su sucesor, el 21 de mayo de 2016.