"Quiero pero no puedo": los jóvenes verbalizan en ECCLESIA su deseo de ser padres, con permiso de la economía
ECCLESIA da la oportunidad a los jóvenes de expresarse y cuentan qué les frena a la hora de formar una familia
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La tasa de natalidad cae a pasos agigantados en España en los últimos quince años. Basta para comprobarlo el siguiente dato: en el año 2008, en el que estalló la crisis, el número de bebés nacidos fue 519.799. Trece años más tarde, se contabilizaron 338.532 niños nacidos, la cifra más baja desde que se tienen registros, en 1941.
Pero, contrariamente a lo que puede parecer, el problema no radica en la ausencia de deseo por parte de los jóvenes de procrear, sino en las barreras económicas y la incertidumbre de un mundo cada vez más cambiante. Así lo ha manifestado en ECCLESIA la profesora de Sociología Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, Julia Cordero Coma.
“Por lo que vemos en nuestras investigaciones, la baja fecundidad de nuestro país no responde tanto a una falta de interés o a una ausencia de deseo de tener hijos. Las normas sociales han cambiado, pero se observa que al preguntar a hombres y mujeres por el número deseado de hijos o los que hubiera deseado tener, obtenemos unas cifras que no han variado mucho en décadas y que además se parecen en los distintos países de nuestro entorno, que son unos dos hijos por mujer”, ha expresado.
Al hilo de este argumento, Cordero Coma ha manifestado que se trata “más bien de una cuestión que tiene que ver con barreras a poder llevar a cabo los deseos reproductivos de la gente. Barreras económicas, laborales, falta de estabilidad... barreras reales y percibidas, es decir, esa sensación e idea extendida de inestabilidad, de vivir en un mundo incierto. En general la decisión de formar una familia se toma cuando hay cierta seguridad de mantener esa familia en el futuro”.
La voz de los jóvenes: ¿qué os frena a tener hijos?
En ECCLESIA hemos tenido oportunidad de dar voz a los jóvenes que nos han contado qué les frena a la hora de formar una familia. A lo largo de este informe iremos conociendo nuevos testimonios, pero la cuestión económica y la incertidumbre son determinantes.
PACO (35 años): “No quiero ser padre porque no estoy preparado, la economía no me lo permite por los gastos que conlleva”.
MARISOL (30 años): “Es un dilema que llevo muchos años en la cabeza, de no saber que hacer por mi situación económica, el trabajo la mayoría son temporales, y luego tengo dudas porque es algo que hay que pensar mucho porque lo vas a tener toda la vida”.
DARÍO (30 años): “Ahora mismo no tengo hijos y no me lo estoy planteando seriamente a corto y medio plazo. No solo influye mi situación laboral, porque no tengo trabajo, sino que también influye la situación de incertidumbre total que estamos viviendo a todos los niveles: económico, social, político, tanto en el país como en el mundo en general”.
ROBERTO (36 años): “No he podido tener hijos por el tema del trabajo estable que buscamos todos para tener una familia y una estabilidad y dar buena vida a los hijos”.
ALMUDENA (28 años): “Ahora mismo mi situación laboral no es muy estable. Me gustaría ser madre, pero mi pareja está con la cosa de que no lo seamos todavía hasta que mi situación laboral mejore. Ahora soy profesora interina y no tengo una plaza fija, y me parece un poco incertidumbre poder tener un hijo hasta que me saque la plaza”.
SARA (26 años): “Los precios de alquiler y de la vivienda dificulta también la emancipación, por lo que pensar en traer otra vida al mundo con los gastos que implican hacen difícil que los jóvenes tengan una economía solvente para permitirse formar una familia y mantener una vida digna. Para la gente joven es difícil considerar tener una familia con hijos por la situación económica, con trabajos temporales, salarios mínimos, para acceder a buenos trabajos se pide una gran experiencia que muchos jóvenes no hemos podido aún alcanzar”.