El sacerdote que acompaña a los pacientes de coronavirus en el hospital de Valdemoro

Pese al Coronavirus, José Antonio Medina trata de hacer una vida normal. Los pacientes le necesitan ahora más que nunca, tal vez él no pueda sanar su cuerpo, pero sí que puede ayudar a sanar su alma. Es sacerdote y capellán del hospital Infanta Elena de Valdemoro, un centro sanitario completamente colapsado "por el fuerte brote de coronavirus" que se ha dado en el lugar.

Cuando todo era normal, cada día rezaba el rosario con quien quisiera a las 17.30 en la capilla del hospital por los enfermos. Los jueves había hora santa y los domingos y festivos, una Eucaristía... también por los enfermos. Hoy la vida ha dado un vuelco, pero los sacerdotes siguen al pie del cañón: "Cuando el paciente llama, el sacerdote está ahí al pie del enfermo". Lo cuenta él mismo en El Espejo de la Diócesis de Getafe.

La presentadora Paloma Fernández Arias le pregunta por la situación en un hospital que ha tenido que derivar enfermos a otros hospitales ante la sobrecarga que viven. La misión de José Antonio sigue siendo la misma, su labor es ahora "sanar, curar y consolar. Llevar a Jesús a todos los enfermos".

Nos aproximamos en cada caso lo que se nos permita

Antes "los pacientes podían solicitar la visita del capellán para facilitarles los sacramentos", ahora "nos aproximamos en cada caso lo que se nos permita. Dios es muy creativo y sale al encuentro de cada corazón en cada circunstancia. Lo importante es que los familiares no tengan miedo a llamar al sacerdote para que el enfermo reciba la gracia y la misericordia de Dios".

El sacerdote quiere destacar desde su experiencia las "maravillas de la gracia de Dios ante el dolor". Y termina con un mensaje especial, dirigido a todos los trabajadores con los que convive cada día: "Respeto y admiración por todo el personal sanitario que están poniendo -y soy testigo-, alma, corazón y vida para hacer su trabajo. Con un cuidado hacia los enfermos al detalle que es de admirar".