El sacerdote Rafael Higueras recuerda a la figura de 'Lolo', el primer periodista santo de la Iglesia

En la misma semana en que se cumple el aniversario de beatificación de Manuel Lozano Garrido 'Lolo', 'ECCLESIA' entrevista a Rafael Higueras, postulador de su causa

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Redacción Religión

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El beato Lolo marcó la vida de todos los que le conocieron, entre ellos, muy especialmente a un joven sacerdote, Rafael Higueras, que llegó a él cuando fue destinado a Linares en 1965. Como otros compañeros, Rafael se turnaba para llevar la Eucaristía a diario al periodista, siendo testigo del recogimiento y fervor con que esperaba y recibía al Señor.

Tuvo la ocasión de vivir con él momentos entrañables y la dicha de acompañarlo, junto a su hermana Luci, en el momento de su muerte cumpliendo su mayor deseo, celebrar la Eucaristía. Desde entonces, Rafael no ha podido dejar de apostar por la canonización de este joven seglar linarense, autor de numerosos libros y artículos de prensa, al que no detuvieron ni la enfermedad ni la parálisis que sufrió en los últimos 29 años de su vida. Como él mismo lo define: “Catedrático de la verdad en la Universidad de la vida. Ese fue Lolo". La vida de Rafael Higueras está, desde entonces, indiscutiblemente llamada a difundir su obra y su profundo legado.

Tras 51 años de su muerte, Lolo sigue vivo para este sacerdote. «Es el santo de la alegría. No es edulcorar la cruz de Cristo, que él conoció. Él mismo decía que esa cruz tenía alas. Pero es que esa alegría inconcebible para cualquiera que se acercara a él por los muchos sufrimientos que soportaba. Para mí el premio es sentirme amigo suyo. La Fundación de Amigos del beato Lolo así lo experimentamos y lo tratamos de difundir».

Rafael explica a Irene Pozo y Ana Medina que una de las obras más desconocidas, quizás, de Lolo, es Sinaí, de la que Rafael afirma: «Son 52 monasterios los que rezan por los periodistas para que venza la verdad en este mundo». El de las religiosas clarisas de Alcaudete (Jaén) es uno de los monasterios que mantiene viva la obra Sinaí. En su intervención desde la clausura, ante las cámaras de Ecclesia, dicen: «Rezamos por los medios para que defiendan la verdad, es el espíritu de nuestra madre Santa Clara. Rezar por personas concretas del periodismo es para nosotras muy importante y muy esperanzador. Y Rafael hace vida concreta esta misión de nuestra orden».

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