El trabajo de 'La Merced Migraciones' con inmigrantes: "Vienen a nosotros tras ser torturados por medio mundo"
La fundación católica acogió en 2020 a 279 inmigrantes en sus pisos. Una vez instalados, inician un proceso formativo que les permita iniciar un proyecto de vida en España
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La fundación católica 'La Merced Migraciones' acogió en 2020 a un total de 279 inmigrantes y refugiados en sus 19 viviendas repartidas entre Madrid (15), Valladolid (3) y la localidad ciudadrealeña de Herencia (1). Una cifra superior a la de 2019 pese a la pandemia, que condicionó el desarrollo de programas que la organización impulsa para ayudar a este colectivo (empleo, atención psicológica o formativa), lo que provocó experiencias traumáticas.
“Hubo pérdida de trabajos por una mala información o engaño, firma de documentaciones para meterte en un ERTE cuando es una baja voluntaria. El no tener un acompañamiento más presencial y revisión de documentos ha generado desconcierto a muchas de las personas a la que acompañamos”, relata en Aleluya el director de 'La Merced Migraciones', el religioso Luis Callejas.
El trabajo que desarrolla la fundación con inmigrantes y refugiados
Pero ni la pandemia ha parado a los mercedarios, que llevan más de treinta años dando soporte a los inmigrantes, la mayoría menores de 25 años, que atravesaron medio mundo en soledad y sometidos a la explotación y a la tortura.
“Tenemos casos de tortura durante el tránsito, explotación laboral... de modo que cuando llegan aquí en la primera etapa es complicada porque tienen una carga emocional muy fuerte y obligados a iniciar programas muy rápidos”, explica David Haros, educador en uno de los recursos residenciales de 'La Merced Migraciones'
Entre los beneficiarios de sus programas está Alpha Diallo, guineano que llegó a España procedente de Marruecos en un barco de plástico cuando tenía 22 años. Todavía prefiere no recordar ante las cámaras cómo fueron aquellas diez horas de infarto en las que pudo perder la vida. Tres años después, ha logrado adaptarse tras mucho esfuerzo por aprender el idioma”.
“En los primeros meses me sentía triste, estaba solo pensando en irme a Francia u otro lado porque el idioma me ha costado mucho, pero la fundación me apoyó con cursos, y estos dos años estoy contento”.
Un proceso de adaptación que es lento y que dirigen los educadores de 'La Merced Migraciones', entre los que se encuentra David Haros: “Aquí nos encargamos de gestionar elementos burocráticos como los papeles, con la administración pública, hacer reconocimiento médico, la parte educativa y formativa, el idioma y formación que les permita una inserción laboral y el último objetivo, que es incorporarlos al mercado laboral”.
La importancia de acceder al mercado laboral: "Les da autonomía"
La tarea no es nada sencilla, ya que hay muchas barreras que superar como cuenta el propio educador: “Nos encontramos desde gente formada con estudios universitarios a personas que no saben leer y escribir o sin habilidades tecnológicas cuando todo se mueve por el ordenador. Y luego está el racismo, porque no es lo mismo que pida trabajo una persona de aquí que una africana o árabe”.
Unos episodios de racismo que, por desgracia, también ha sufrido en nuestro país Alpha: “Estaba en Valladolid en el autobús y había una señora muy mayor. Ella estaba al lado, cuando llegué y me subí y me senté cerca de ella y ella me dijo... ¿perdona? Y se fue para dejarme solo”.
Pero el joven guineano ha logrado superar todos los obstáculos y pronto conseguirá un contrato de trabajo como camarero que le permitirá regularizar su situación gracias a un amigo: “Este amigo mío me ofrecerá una oferta de trabajo en dos semanas cuando cumpla tres años como camarero. Es un buen amigo”, comenta orgulloso en Aleluya.
Y es que la autonomía y el empleo, aunque generalmente sea temporal y precario para estas personas, es importante para iniciar un proyecto de vida en nuestro país, como precisa Luis Callejas.
“Partimos con que el éxito es mayoritario, con un 85% de integración sobre todo laboral. Aunque sea un trabajo temporal y acordado con las empresas por diferentes perfiles profesionales, pero es continuo, y les permite vivir de manera autónoma, lo que es positivo. Y tienen posibilidad de reagrupaciones familiares, si consiguen un trabajo y permiso puede volver a sus países de origen, casarse y traerles a sus países o tramitar la llegada a algún familiar”, detalla el director de la fundación 'La Merced Migraciones'.