El Vaticano concede a la iglesia de la Santa en Ávila el título de Basílica Menor
La Santa Sede satisface la demanda realizada por José María Gil Tamayo, que este sábado presidirá la ceremonia religiosa por la que La Santa pasará a ser Basílica Menor
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La iglesia de la Santa en Ávila será considerada desde este sábado, 27 de agosto, como Basílica Menor. De esta manera, la Santa Sede satisface la demanda realizada por José María Gil Tamayo como titular de la diócesis abulense, avalado por los informes y datos recogidos por la Orden del Carmelo.
De esta manera, el Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza, ha hecho llegar este viernes al Administrador Apostólico de Ávila el Decreto por el que se confiere este título “a la iglesia conventual de Santa Teresa de Jesús, edificada sobre la casa natal de la Santa abulense”.
Un templo descrito por el propio Nuncio Apostólico en su carta como “este lugar sagrado tan importante para la diócesis de Ávila y la Iglesia universal”.
La concesión del título de Basílica Menor se contempla en el Decreto firmado por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recuerda que dicho título “trata de intensificar el vínculo con la Iglesia de Roma y con el Santo Padre, además de promover, al mismo tiempo, su ejemplaridad como centro de particular acción litúrgica y pastoral en la diócesis”.
Con este motivo, este sábado 27 de agosto a las 20h, Gil Tamayo presidirá la ceremonia religiosa por la que La Santa pasará a ser Basílica Menor. Un momento único para la diócesis, al cual están llamados a participar todos los fieles y devotos de Santa Teresa de Jesús. Un verdadero regalo para este Año Jubilar que se está celebrando con motivo del IV Centenario de la Canonización de la Santa andariega.
Ávila celebra la Transverberación de Santa Teresa de Jesús
La noticia también ha coincidido con la celebración este viernes, 26 de agosto, de la Transverberación de Santa Teresa de Jesús. Una festividad desconocida por muchos, en la que se recuerda la experiencia mística que vivió la santa en la capilla del Monasterio de la Encarnación en Ávila en torno al año 1562.
La propia Teresa de Jesús relató en sus escritos lo ocurrido, y que le marcó profundamente, llevándole incluso a hacer un voto especial a Dios que la impulsó en sus reformas, fundaciones y camino de santidad. Tal y como cuenta la santa, en el monasterio vio a su izquierda un ángel en forma humana. Era de baja estatura y muy hermoso, su rostro lucía encendido y dedujo que debía ser un querubín, uno de los ángeles de más alto grado. Una “flecha divina” que marcó el corazón de Santa Teresa.
“Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios”, describió Santa Teresa de Jesús.