El Cottolengo, un espacio de acogida para personas discapacitadas sin recursos: "Todos tienen derecho a vivir, a ser amado"
'Ecclesia, es domingo' conoce el día a día del Cottolengo en Barcelona, donde las Hermanas Servidoras de Jesús cuida de estas personas: "Pese a las enfermedades, se respira una felicidad muy llamativa"
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Como 'Cottolengo' se conoce a algunas instituciones religiosas que da cobijo a personas con discapacidades que no pueden valerse por sí misma. Fundado por el Padre Alegre, en Barcelona están auspiciados por la congregación de las Hermanas Servidoras de Jesús.
La Hermana Superiora del Cottolengo de Barcelona, Virginia Sarabia, ha explicado la labor que realizan en el programa 'Ecclesia, es domingo' de TRECE: “Es una casa de familia donde lo que hacemos está orientado en los acogidos que atendemos. Son enfermos a los que nos dedicamos”.
Para ser acogidos por las Hermanas Servidoras de Jesús, es necesario dos requisitos: tener una enfermedad incurable y que sean pobres, si bien la Hermana Superiora precisa que la pobreza no solo se mide en términos económicos.
“La pobreza se entiende en sentido amplio, siempre pensamos en la cuestión económica, que es importante, pero hay otros muchos tipos de pobreza. Puede haber familias de estatus medio con carencias por tener que atender a un hijo o familiar con una discapacidad muy compleja. Se valora todo, ha explicado la religiosa.
"Nuestro carisma viene del Señor y sabemos que no falla"
Pese a las limitaciones de los enfermos, Sarabia asegura que “se respira una felicidad muy llamativa” en la que entre los propios enfermos se ayudan unos a otros: “Una de las cosas que más se aprende es valorar la salud, que todos tenemos recursos para dar a los demás y aquí se ve bien como un enfermo ayuda a otro a hacer la cama, a atarle los cordones, acompañarle a la puerta al que no ve...”
El 'Cottolengo' sale adelante gracias a la confianza que depositan en Dios las hermanas, trabajadores y voluntarios, ya que las hermanas no solicitan ayudas o donaciones a las administraciones ni particulares: “Nuestro carisma viene del Señor y sabemos que no falla y nunca entra en crisis. La gente nos pregunta cómo se puede pagar a la gente y los servicios, y pasamos por dificultades pero nos mueve la confianza en Dios”, ha recalcado Virginia Sarabia.
"Ponemos a la persona en el centro"
Cuestionada por lo que aporta el 'Cottolengo' a los enfermos, la Servidora de Jesús lo tiene claro: “Hacerles sentir parte de una familia, sentirse querido por lo que eres y no por lo que puedes valer. Te da una felicidad y tranquilidad interior muy grande”.
Y es que como recalca la Hermana Superiora, en un contexto donde “la vida está poco valorada y muy maltratada”, es bueno dar a conocer el carisma de esta congregación: “Ponemos a la persona en el centro independientemente de sus condiciones. Es fundamental que la gente sepa que en la Iglesia haya lugares donde se acoge sin ninguna condición a cualquier persona, todos tienen derecho a vivir, a ser amada, a vivir de manera digna”, ha agregado.