Los jóvenes encuentran en el mensaje del Papa un aliento para "seguir adelante" y "cambiar el mundo"
Desde por la mañana los jóvenes iban tomando el Parque Eduardo VII de Lisboa para seguir el primer encuentro de Francisco con los peregrinos en la JMJ: "Nos cambia la vida"
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En torno a las 10.30h de la mañana la calma era la fotografía en el Parque Eduardo VII, enclave de Lisboa donde el Papa Francisco mantuvo el primer encuentro con los jóvenes en la JMJ. Los voluntarios estaban citados desde temprano para organizar la logística. Los operarios ultimaban los detalles para que todo estuviera a punto a las 17.45h (18.45h en España).
A partir de las 11.30h peregrinos de todo los rincones del planeta se iban congregando en el parque lisboeta para tomar posiciones y estar más cerca posible del escenario que horas más tarde presidiría el Pontífice argentino. Por suerte, el calor dio una tregua en la jornada de este jueves en la capital portuguesa, con unos termómetros que no superaban los 25 grados de máxima. Pese a todo el sol atizaba con fuerza en las horas centrales, por lo que los sombreros, algún paraguas y mucha agua eran compañeros de viaje necesarios en la espera.
A la hora de comer el Parque Eduardo VII ya era un hervidero de peregrinos, cada vez más ansiosos para ver al Papa. Los cáticos se iban sucediendo mientras las banderas de todas las nacionalidades ondeaban. Los jóvenes españoles recurrían al clásico “¡Esta es la juventud del Papa!”, que también repicaban los peregrinos portugueses y latinos.
A eso de las 17.15h el Santo Padre aparecía por fin, tras horas de espera, con su Papa Móvil. La locura se desató en aquellos espacios por donde se desplazaba el vehículo. Otros se quedaron con ganas de ver pasar a Francisco que lucía en plena forma y sin solideo.
El mensaje de Francisco a los jóvenes fue muy claro: les pidió valentía para hacer frente a un mundo lleno de incertidumbres. Es lo que buscaban los peregrinos congregados en Lisboa, un mensaje de aliento y esperanza para continuar en la tarea de revolucionar el mundo.
Los jóvenes recogen el guante que les lanza el Papa: "Tenemos que seguir adelante"
Nos ha transmitido muchos ánimos ya que nos anima a que más gente que forme parte de la Iglesia y con ganas de seguir, de salir adelante y dar ejemplo a todo el mundo. Somos su juventud y estamos preparadas para cambiar el mundo”, nos comentaba en ECCLESIA una de las peregrinas españolas presente en el Parque Eduardo VII.
Para muchos de los peregrinos, el mensaje del Papa ha sido una fuente de inspiración, alejado “de los prejuicios que hay sobre la Iglesia”. “Estoy contenta por ver cómo el Papa asume y admite que la Iglesia no es adoctrinamiento ni obligación, sino una forma de vivir y a todos nos cambia la vida y nos da alegría”, ha argumentado otra joven.
El obispo de Roma también recordaba a los jóvenes que en la Iglesia nadie sobra, que todos son acogidos. Para que el mensaje calara entre los presentes, pidió que repetieran al unísono la palabra 'TODOS' seguido de un atronador aplauso: “Nos ha trasmitido pensar que todos somos iguales y tenemos que seguir adelante. No tenemos que tener problema de ser como somos porque Dios nos ama así. En la Iglesia todo el mundo es bienvenido”, remarcaba una joven peregrina de nuestro país.
“Enseñar que estamos felices tal y com nos enseña y que nuestra felicidad depende de él, estamos felices porque él nos guía”, agregaba otra. El mensaje caló hondo en los jóvenes congregados en el parque lisboeta. Prueba de ello es el sentido abrazo que tres adolescentes españolas se dieron con emoción tras haber escuchado al Santo Padre. El Parque Eduardo VII era una fiesta.