El arzobispo de Los Ángeles asegura que “sólo podemos edificar una sociedad justa sobre la verdad de Dios”
En la presentación del Congreso Católicos y Vida pública, Horacio Gómez ha alertado sobre los movimientos seculares que están surgiendo en América: "Niegan la dimensión espiritual"
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El presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU, José Horacio Gómez Velasco, ha participado de manera virtual en la presentación del XXIII Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, y que este año lleva por título 'Corrección política: libertades en peligro'.
El arzobispo de Los Ángeles ha abordado en su alocución de los procesos de secularización y descristianización que vive América en nuestros días. Mons. Gómez Hidalgo ha alertado de la creciente popularidad de ciertos “líderes elitistas” poco interesados por la religión y por las tradiciones de los países donde habitan.
Un grupo, señala el religioso, que ostentan cargos de responsabilidad en “gobiernos, universidades y medios de comunicación” y que pretenden “establecer lo que podríamos llamar una civilización global, basada sobre una economía de consumo y regida por la ciencia, la tecnología, los valores humanitarios y las ideas tecnocráticas acerca de la organización de la sociedad”.
Una élite que, denuncia el arzobispo de Los Ángeles, ve las creencias y religiones como “un estorbo para el tipo de sociedad que ellos esperan construir”. De esta manera, el presidente del episcopado americano advierte que, con frecuencia, “se cancelan y corrigen las perspectivas que están arraigadas en las creencias cristianas sobre la vida y la persona humanas, sobre el matrimonio, la familia y mucho más. En la sociedad de ustedes y en la mía, el espacio que la Iglesia y los cristianos creyentes pueden ocupar se está reduciendo. Las instituciones eclesiásticas y las empresas cuyos propietarios son cristianos, son cada vez más desafiadas y hostigadas”.
Las nuevas religiones políticas de Estados Unidos
Mons. José Horacio Gómez Velasco ha alertado que “el colapso de la cosmovisión judeocristiana y el surgimiento del secularismo, los sistemas de creencias políticas basados en la justicia social y en la identidad personal han llegado a llenar el espacio que alguna vez ocuparon las creencias y prácticas cristianas”.
Además, al igual que el cristianismo, estos nuevos movimientos cuentan su propia “historia de salvación”, asegura el prelado. Reconoce el arzobispo que estas personas se adhieren a movimientos y sistemas de creencias por “intenciones nobles”, con la intención de cambiar las condiciones de la sociedad que niegan a los hombres y mujeres de los derechos y oportunidades para tener una vida digna.
“Por supuesto que todos queremos fomentar una sociedad en la que haya igualdad, libertad y dignidad para todas las personas. Pero sólo podemos edificar una sociedad justa sobre la base de la verdad sobre Dios y sobre la naturaleza humana”, precisa el presidente de la Conferencia Episcopal americana.
Ha continuado afirmando durante su discurso que “las teorías e ideologías críticas de hoy son profundamente ateas. Niegan el alma, así como también la dimensión espiritual y trascendente de la naturaleza humana; o piensan que eso es irrelevante para la felicidad humana. Reducen lo que significa ser humano a cualidades esencialmente físicas como el color de nuestra piel, nuestro sexo, nuestras nociones de género, origen étnico y posición en la sociedad. Sin duda, podemos ver que se trata de algunos elementos de la teología de la liberación, arraigada en una visión cultural marxista”.
A su juicio, estos movimientos son utópicos, “porque parece que creen que podemos crear una especie de ‘cielo en la tierra’, una sociedad perfecta, a través del poder político”.
La respuesta de la Iglesia a estos nuevos movimientos seculares
Para Mons. José Horacio Gómez Velasco la solución pasa por proclamar a Jesucristo con creatividad: “No deberíamos dejarnos intimidar por estas nuevas religiones de justicia social y de identidad política. El Evangelio sigue siendo la fuerza más poderosa de cambio social que jamás haya existido en el mundo. Y la Iglesia ha sido “antirracista” desde el principio. Todos están incluidos dentro de su mensaje de salvación”.
Expresa el prelado que el mundo no necesita una nueva religión secular para reemplazar al cristianismo. “Más bien, necesita que ustedes y yo seamos mejores testigos, mejores cristianos. Empecemos por perdonar, por amar, por sacrificarnos por los demás, desechando los venenos espirituales como son el resentimiento y la envidia”.
“Tenemos que vivir y proclamar el Evangelio como el verdadero camino hacia la liberación de toda esclavitud e injusticia, espiritual y material. En nuestra predicación, en la vida práctica, y especialmente en nuestro amor hacia nuestro prójimo, hemos de dar testimonio del hermoso proyecto de Dios para nuestra humanidad común, es decir, el origen y destino común que tenemos en Dios”, ha subrayado.
Para concluir, Mons. José Horacio Gómez considera que “la Iglesia debe ser una voz para la conciencia individual y la tolerancia. Necesitamos promover una mayor humildad y realismo sobre la condición humana, dándonos cuenta de que nuestra humanidad común implica reconocer nuestra común fragilidad.”
No obstante, manifiesta que “Ello no significa que haya que permanecer pasivos ante la injusticia social. ¡Eso nunca! Pero tenemos que insistir en que la fraternidad no puede construirse a través de la animosidad o de la división. La verdadera religión no busca dañar o humillar, ni arruinar los medios de subsistencia o la fama de las personas. La verdadera religión ofrece un camino para que incluso los peores pecadores encuentren la redención”.