La Asamblea Continental del Sínodo cierra cuatro días de trabajo "apasionante": "Hay que seguir caminando"

Con los saludos del arzobispo Gintaras Grusas, presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, se ha clausurado la primera parte de la Asamblea Continental del Sínodo celebrada en Praga. Cuatro días de oración y trabajo intenso. En la Santa Misa diaria y en los momentos de oración en común, los participantes rezaron por la paz en Ucrania, por las víctimas del terremoto en Turquía y Siria y por la unidad de los cristianos. Estuvieron acompañados, y lo estarán hasta el domingo 12 de febrero, por la oración silenciosa y continua de muchos hermanos y hermanas de vida contemplativa, en 180 monasterios repartidos por toda Europa.

El Comité de Redacción presentó este jueves a la Asamblea un proyecto de documento final. Se trata de un documento redactado siguiendo las indicaciones y palabras de la Asamblea, no preparado de antemano, lo que lo convierte en un documento provisional y aún sujeto a las "enmiendas" de la asamblea y a algunos ajustes de redacción. El documento, que fue aprobado por la asamblea, será devuelto a todos los participantes, tras los cambios solicitados, para una posible nueva revisión antes de ser entregado a la Secretaría General del Sínodo.

Las conclusiones del documento, modificadas siguiendo las indicaciones de la Asamblea, pueden considerarse el primer fruto del trabajo de estos días. Entre los puntos descritos por el documento se encuentra la necesidad de profundizar en la teología de la sinodalidad y la necesidad de una formación a la sinodalidad que también tenga en cuenta los signos de los tiempos. Una de las propuestas firmes de la Asamblea es que un encuentro de este tipo, que reúna a obispos y laicos, se celebre a intervalos regulares, al menos cada diez años.

Al final de cuatro días de escucha y diálogo a partir de las resonancias suscitadas por el Documento de Trabajo para la Etapa Continental en el seno de las Iglesias de las que procedemos, como Asamblea Continental Europea “nos damos cuenta de que hemos vivido una experiencia profundamente espiritual a través del método sinodal”.

“Hemos vuelto a sentir el dolor de las heridas de nuestra historia reciente, empezando por las que la Iglesia ha infligido a través de los abusos perpetrados por algunas personas en el desempeño de su ministerio u oficio eclesial, y terminando por las causadas por la monstruosa violencia de la guerra de agresión que ha ensangrentado Ucrania y el terremoto que ha devastado Turquía y Siria”, se puede leer en el documento.

En el documento final que ha compartido el Comité de Redacción se admite que ha sido "un trabajo rico y apasionante, aunque no exento de problemas y dificultades, nos ha permitido mirar a los ojos a la Iglesia que está en Europa, con todos los tesoros de las dos grandes tradiciones latina y oriental que la componen. Con una conciencia que ha ido creciendo a lo largo de la Asamblea, sentimos hoy que podemos afirmar que nuestra Iglesia es bella, portadora de una variedad que es también nuestra riqueza. Sentimos que la amamos aún más profundamente, a pesar de las heridas que le ha infligido, por las que necesita pedir perdón para poder avanzar realmente hacia la reconciliación, la sanación de la memoria y la acogida de los heridos. Estamos convencidos de que estos sentimientos también llenan los corazones de todas las personas que se han implicado en el camino del Sínodo 2021-2024 desde septiembre de 2021”.

Durante estos días de Asamblea se ha vivido una “experiencia espiritual que nos llevó a experimentar, por primera vez, que es posible encontrarnos, escucharnos y dialogar a partir de nuestras diferencias y más allá de los muchos obstáculos, muros y barreras que nos pone nuestra historia. Necesitamos amar la diversidad dentro de nuestra Iglesia y apoyarnos mutuamente en la estima, fortalecidos por nuestra fe en el Señor y el poder de su Espíritu”.

Por eso, el objetivo es seguir caminando “en estilo sinodal”: “Más que una metodología, lo consideramos una forma de vida de nuestra Iglesia, de discernimiento comunitario y de discernimiento de los signos de los tiempos. Concretamente, queremos que esta Asamblea Continental no se quede en una experiencia aislada, sino que se convierta en una cita periódica, basada en la adopción general del método sinodal que impregne todas nuestras estructuras y procedimientos a todos los niveles”.

El estilo sinodal permite afrontar las tensiones desde una perspectiva misionera, “sin dejarse paralizar por el miedo, sino extrayendo de ellas la energía para continuar el camino”.

“Sabemos que todo esto es posible porque lo hemos experimentado durante esta Asamblea, pero aún más porque lo atestigua la vida de las Iglesias de las que procedemos. Pensamos en particular en el diálogo ecuménico e interreligioso, cuyos ecos han resonado con fuerza en nuestro trabajo. Pero, sobre todo, creemos que es posible porque se trata de la gracia: construir una Iglesia cada vez más sinodal, en efecto, es un modo de concretar la igualdad en dignidad de todos los miembros de la Iglesia, fundada en el bautismo, que nos configura como hijos de Dios y miembros del cuerpo de Cristo, corresponsables de la única misión de evangelización confiada por el Señor a su Iglesia”, escriben en el documento el Comité de Redacción.

Al final del documento se explican algunas prioridades para la continuación del Sínodo 2021-2024

- Profundizar en la práctica, la teología y la hermenéutica de la sinodalidad. Tenemos que redescubrir algo que es antiguo y pertenece a la naturaleza de la Iglesia, y es siempre nuevo. Esta es una tarea para nosotros. Estamos dando los primeros pasos de un camino que se abre a medida que avanzamos por él;

- abordar el sentido de una Iglesia totalmente ministerial, como horizonte en el que situar la reflexión sobre los carismas y los ministerios (ordenados y no ordenados) y las relaciones entre ellos;

- explorar formas para un ejercicio sinodal de la autoridad, es decir, el servicio de acompañar a la comunidad y salvaguardar la unidad;

- aclarar los criterios de discernimiento para el proceso sinodal y a qué nivel, desde el local hasta el universal, deben tomarse las decisiones.

- tomar decisiones concretas y valientes sobre el papel de la mujer en la Iglesia y sobre su mayor participación a todos los niveles, incluso en los procesos de toma de decisiones (toma de decisiones y toma de decisiones);

- considerar las tensiones en torno a la liturgia, para incluir sinodalmente la Eucaristía como fuente de comunión;

- el cuidado de la formación a la sinodalidad de todo el Pueblo de Dios, con particular atención al discernimiento de los signos de los tiempos con vistas al cumplimiento de la misión común;

- renovar el sentido vivo de la misión, superar la fractura entre fe y cultura para volver a llevar el Evangelio al corazón de la gente, encontrar un lenguaje capaz de articular tradición y actualización, pero sobre todo caminar con la gente en lugar de hablar de ella o a ella. El Espíritu nos pide que escuchemos el grito de los pobres y de la tierra en nuestra Europa, y en particular el grito desesperado de las víctimas de la guerra que piden una paz justa.