El cardenal Arborelius llama a luchar contra la segregación tras los disturbios xenófobos de Suecia
El obispo de Estocolmo reconoce que su país es «muy secular» y que muchas personas albergan «sentimientos antirreligiosos»
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El obispo de Estocolmo, cardenal Anders Arborelius, ha expresado su preocupación por los violentos disturbios acaecidos en Suecia esta Semana Santa, después de que el líder de un partido de ultraderecha convocara manifestaciones para una quema del Corán. El purpurado carmelita reconoce en una entrevista concedida a Vatican News que su país es "muy secular" y que muchas personas albergan "sentimientos antirreligiosos".
"Ha sido una Semana Santa muy violenta. Eso deja claro que Suecia no ha sido capaz de hacer frente a la segregación, que en algunas zonas casi sólo hay extranjeros con bajos ingresos, sin trabajo, con delincuencia. Así que, para nuestra sociedad, es realmente importante hacer algo para luchar contra esta segregación", señala.
El país nórdico ha vivido varias jornadas de gran tensión, sobre todo el Viernes Santo y el Sábado de Gloria, con cargas policiales, vehículos calcinados y enfrentamientos en distintas ciudades. Se registraron incidentes en Estocolmo, en Norrkoping —a unos 100 kilómetros al sur de la capital— y en las también sureñas Linkoping y Örebro. Hubo al menos 40 heridos, 26 de ellos agentes de policía. Las fuerzas del orden arrestaron a 26 personas.
El origen de los disturbios está en las manifestaciones de protesta convocadas por el ultraderechista danés-sueco Rasmus Paludan, líder del partido Stram Kurs (Curso Firme), para proceder en ellas a la quema del Corán. Las marchas fueron autorizadas en aras de la libertad de expresión y derivaron en enfrentamientos entre ultraderechistas y contramanifestantes.
Stram Kurs, indica EFE, es una formación xenófoba e islamófoba marginal que actúa tanto en Dinamarca como en Suecia y que pretende la prohibición del islam y la expulsión de los inmigrantes no europeos.
"La gente se siente fuera de la sociedad"
El cardenal Arborelius reconoce que si la cosa no pasó a mayores fue también porque "las diferentes comunidades religiosas y otros ayudaron a calmar la situación".
"Suecia — afirma el prelado — es un país muy secular, y las autoridades no se dan cuenta de que muchos de los inmigrantes tienen fuertes creencias religiosas. Y para ellos es un signo de odio. Por ejemplo, cuando queman el Corán. En realidad, también hemos tenido casos en los que se han vandalizado o destruido estatuas de la Virgen. Yo diría que hay sentimientos antirreligiosos [en] la población sueca. Por supuesto, eso no significa que haya que atacar a la policía. Pero tenemos que entender el trasfondo de que la gente se siente fuera de la sociedad, y que nadie la respeta".
Las quemas de Corán suecas han sido condenadas por numerosos países musulmanes, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Catar o Kuwait. Irán e Irak convocaron a los diplomáticos suecos para manifestarles su rechazo, mientras que la Liga Islámica Mundial, a la que pertenecen 57 países, calificó la quema de "acto absurdo y vergonzoso".