Con estos tres pasos de la lectio divina sabrás cómo rezar con la Biblia
El Papa ha asegurado que "las palabras de la Sagrada Escritura han sido escritas para ser acogidas por una persona que reza, haciéndolas brotar en su corazón”
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El Papa Francisco explicó cómo rezar con las Sagradas Escrituras y describió los tres pasos del método de la lectio divina. Al dirigir su catequesis sobre la oración que se puede hacer con la Biblia, pronunciada este 27 de enero, el Papa destacó que la Palabra de Dios no se puede leer como una novela, ni recitarse como loros, sino que las Sagradas Escrituras se dirigen “al corazón”.
“Las palabras de la Sagrada Escritura no han sido escritas para quedarse atrapadas en el papiro, en el pergamino o en el papel, sino para ser acogidas por una persona que reza, haciéndolas brotar en su corazón”, afirmó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre recordó que en la tradición cristiana, rica de experiencias y de reflexiones sobre la oración con la Sagrada Escritura, “se ha consolidado en particular el método de la ‘lectio divina’, nacido en ambiente monástico, pero ya practicado también por los cristianos que frecuentan las parroquias”.
Los pasos de la lectio divina
En primer lugar, el Papa señaló que “se trata ante todo de leer el pasaje bíblico con atención, diría con ‘obediencia’ al texto, para comprender lo que significa en sí mismo”.
Después, el Pontífice subrayó que es necesario “entrar en diálogo con la Escritura, de modo que esas palabras se conviertan en motivo de meditación y de oración”. Es decir, “permaneciendo siempre adherente al texto, empiezo a preguntarme sobre ‘qué me dice a mí’”.
En esta línea, el Santo Padre advirtió que este “es un paso delicado: no hay que resbalar en interpretaciones subjetivistas sino entrar en el surco vivo de la Tradición, que une a cada uno de nosotros a la Sagrada Escritura”.
Luego, el Papa Francisco dijo que “el último paso de la lectio divina es la contemplación” y explicó que “aquí las palabras y los pensamientos dejan lugar al amor, como entre enamorados a los cuales a veces les basta con mirarse en silencio”. “El texto bíblico permanece, pero como un espejo, como un icono para contemplar. Y así se da el diálogo”, indicó el Papa.