EEUU califica de “acto cínico de un estado totalitario” la acusación contra el obispo Rolando Álvarez
El obispo nicaragüense ha sido acusado formalmente de un presunto delito de conspiración contra el régimen de Daniel Ortega. Se sentará en el banquillo el próximo 10 de enero
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EEUU califica de “acto cínico de un estado totalitario” la acusación contra el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien ha sido acusado formalmente de un presunto delito de conspiración contra el régimen de Daniel Ortega.
El principal encargado del Departamento de Estado de EEUU para Latinoamérica, Brian Nichols, ha reivindicado la figura del obispo, a quien considera “un líder espiritual para millones de nicaragüenses y defensor del diálogo y reconciliación. Representa lo mejor del pueblo nicaragüense", ha señalado.
En el mensaje, enviado a los periodistas por la oficina de prensa de la Embajada de EEUU en Nicaragua, Nichols dijo que acusar al obispo Álvarez "de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional es el acto cínico de un estado autoritario".
El obispo Rolando Álvarez, muy crítico hacia el Gobierno del presidente Daniel Ortega, fue acusado en la víspera por el Ministerio Público por los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.
El jerarca, obispo de la diócesis de Matagalpa, será sentado en el banquillo de los acusados el 10 de enero en una audiencia inicial. En la misma causa se encuentra acusado el sacerdote exiliado Uriel Antonio Vallejos.
Álvarez, de 56 años, es el primer obispo arrestado y acusado desde que el presidente Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.
La Policía de Nicaragua, que dirige Francisco Díaz, consuegro de Ortega, acusa al alto jerarca de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales".
El arresto y acusación en contra del obispo nicaragüense, otros siete sacerdotes y otros dos colaboradores es el capítulo más reciente de un último año especialmente convulso para la Iglesia católica de Nicaragua con el Gobierno de Ortega, quien ha tildado de "golpistas" y "terroristas" a los jerarcas.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años. La comunidad católica representa un 58,5 % de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.