Fallece a los 88 años el cardenal alemán Rauber: toda una vida al servicio de la diplomacia vaticana
Expresidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, fue nuncio en lugares y contextos sociales difíciles como Uganda y Hungría
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El cardenal alemán Karl-Josef Rauber ha fallceido en la noche de este domingo, 26 de marzo. Nacido en 1934 en Núremberg, en la archidiócesis de Bamberg (República Federal de Alemania), ordenado sacerdote en 1959, Rauber ejerció su ministerio durante tres años en la pequeña comunidad católica de Nidda, en Alta Hesse.
En 1962 se trasladó a Roma para licenciarse en Derecho Canónico y asistió a la Pontificia Academia Eclesiástica. En 1966 inició la carrera diplomática y hasta 1977 fue uno de los cuatro secretarios de Giovanni Benelli - más tarde cardenal arzobispo de Florencia - durante el período en que ocupó el cargo de sustituto de la Secretaría de Estado.
Benelli y el propio Pablo VI influyeron profundamente en la vida y el ministerio de Rauber: en los once años que pasó en la Curia Romana adquirió una gran experiencia eclesiástica en estrecha comunión con el Papa.
Largo servicio en la diplomacia
Desde 1977, como consejero de la Nunciatura, sirvió en las representaciones pontificias en Bélgica, Luxemburgo y Grecia. El 18 de diciembre de 1982, Juan Pablo II le nombró nuncio apostólico en Uganda, asignándole la sede arzobispal titular de Giubalziana. El 6 de enero de 1983, recibió la ordenación episcopal de manos del Papa Wojtyla en la Basílica de San Pedro. En enero de 1990, se le confió la presidencia de la Pontificia Academia Eclesiástica.
Tres años más tarde, volvió al servicio diplomático activo, primero como representante papal en Suiza y Liechtenstein (1993-1997), después en Hungría y Moldavia (1997-2003) y, por último, en Bélgica y Luxemburgo (2003-2009), terminando su carrera diplomática donde la empezó.
Sus retos como nuncio apostólico
Como nuncio apostólico, tuvo que afrontar retos difíciles para la Iglesia: en Uganda trabajó durante los años en que estalló y se propagó el SIDA, con consecuencias devastadoras para la población; en Suiza, contribuyó a aliviar las tensiones en torno a la diócesis de Chur y el obispo Wolfgang Haas; en Hungría, gestionó la fase de recomposición de las relaciones entre el Estado y la Iglesia tras la era comunista; en Bélgica, trabajó en un contexto social y político no siempre fácil; y cuando se creó también en Bruselas una representación papal ante la Unión Europea, trabajó para armonizar y repartir con sensibilidad el trabajo de las dos instituciones diplomáticas en suelo belga.
Creado Cardenal en 2015
Cumplidos los 75 años, se retiró del servicio en 2009 y desde entonces ejercía su ministerio espiritual y pastoral en Alemania, en la casa de las Hermanas de María de Schönstatt en Ergenzingen, en la diócesis de Rottenburg-Stuttgart, manteniendo siempre una viva relación con la diócesis de Maguncia. El Papa Francisco lo creó cardenal en el Consistorio del 14 de febrero de 2015.