La historia del beato Rosario Livatino, el juez asesinado por la mafia: "Decidió hablar con claridad"
Este domingo, 9 de mayo, el juez será proclamado beato y los obispos italianos han enviado un mensaje poniéndolo como ejemplo a seguir en la lucha contra la mafia
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«¡El Señor ha vuelto a bendecir esta tierra!». Así comienza el mensaje de los obispos italianos, escrito con motivo de la beatificación del juez Rosario Angelo Livatino. Un mensaje contundente la que entregan a los fieles con motivo del vigésimo quinto aniversario de la visita del Papa San Juan Pablo II a la ciudad de Agrigento y en la que la propia Iglesia en Sicilia cuestiona el papel que tuvo en la lucha contra la mafia y del que el juez Livatino se convierte, junto con Don Pino Puglisi, en el ejemplo a seguir y del que aprender.
El mensaje, que será entregado a los fieles de las diócesis este domingo, 9 de mayo, fue presentado en Agrigento, en vísperas de la celebración en la que será proclamado beato el juez Rosario Angelo Livatino, por el cardenal Francesco Montenegro, arzobispo de Agrigento y por Monseñor Giuseppe Marciante, obispo de Cefalù y delegado de la Conferencia Episcopal de Sicilia para los problemas sociales y el trabajo, la justicia, la paz y la protección de la Tierra.
"La santidad tiene sabor a la esperanza que no se rinde"
"Del beato Rosario Livatino - escriben los obispos sicilianos -, que hoy entra junto al beato Pino Puglisi en la larga lista de profetas y mártires de nuestro tiempo y de nuestra tierra, aprendemos que la santidad tiene sabor a la esperanza que no se rinde, de la coherencia que no se doblega y del compromiso que no se detiene, para que cada rincón oscuro del mundo, incluido el nuestro, tenga la oportunidad de levantarse y mirar a lo lejos”.
Lo que dejaron Rosario Livatino y Don Pino Puglisi "es el legado de quienes encontraron el coraje de la libertad, rompiendo el silencio de la connivencia y decidiendo hablar con claridad, no solo con palabras del lenguaje humano, sino sobre todo con palabras del Evangelio. Con este rasgo que los acomuna, a pesar de la diversidad en sus vidas, los dos beatos mártires, el párroco y el juez, hablaron sin rodeos sobre las mafias y a las mafias”.
Este es el legado del juez Livatino, de Don Pino Puglisi y muchos otros hermanos y hermanas, que nunca serán elevados a la beatificación, pero “que han escrito páginas imborrables de historia eclesial y civil, incluso en nuestros días”.
"De los errores queremos volver a empezar"
En la carta que han enviado a los fieles admiten también sus defectos: “Desgraciadamente – escriben - debemos reconocer que, más allá de algunas iniciativas, nuestras Iglesias todavía no están a la altura de esta herencia. Y es precisamente desde la conciencia de los errores que pedimos volver a empezar”.
Si la época cuando actuaba la mafia en las calles y plazas de nuestras ciudades parece haber terminado, lo cierto es que ha encontrado otras formas - menos llamativas y por tanto aún más peligrosas- de infiltrarse en los distintos ámbitos de la humanidad.
"Levantar la voz y unir palabras con hechos"
Y en conclusión de su mensaje, los obispos manifiestan el deseo y las ganas de levantar la cabeza y finalmente "levantar la voz y unir palabras con hechos: no solos sino juntos, no con iniciativas improvisadas sino con acciones sistemáticas".
"Sólo así la sangre de los mártires no se derramará en vano y podrá fecundar nuestra historia, convirtiéndola, para todos y para siempre, en una historia de salvación” terminan el mensaje los obispos.