Los obispos británicos piden derogar la ley de cuidados terminales tras la muerte de Indi Gregory
El bebé de ocho meses, con enfermedad terminal, fue desconectado después de que sus padres plantearan una batalla judicial en Inglaterra para trasladarla a Italia para ser tratada
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La muerte de la bebé Indi Gregory el pasado 13 de noviembre tras ser desconectada sigue de actualidad en Reino Unido. En las últimas horas, el obispo de Nottingham y el obispo responsable de Cuestiones de Vida han mostrado en un comunicado “su profunda tristeza” y expresan sus condolencias a sus padres, Dean y Claire.
Tanto Patrick McKinney como John Sherrington han asegurado sus oraciones y las de toda la comunidad católica, incluido el Papa Francisco, “en estos tristes momentos". "Como hija bautizada de Dios, creemos que ahora compartirá la alegría del cielo tras su corta vida, que proporcionó una profunda alegría a sus padres, que la amaron y protegieron como un precioso regalo de Dios", se puede leer en la nota de prensa.
A continuación, ambos obispos británicos han agracecido la labor de aquellos profesionales que han cuidado de Indi Gregory durante el trascurso de la enfermedad en el hospital 'Queen's Medical Centre' de Nottingham.
A juicio de los prelados, la batalla legal entre el servicio sanitario de Reino Unido y los padres de la bebé ponen de manifiesto “una vez más la necesidad de dar más peso a la voz de los padres en estos casos complejos y delicados”, consideran.
A juicio de Patrick McKinney y John Sherrington una forma de empezar a remediar estos casos es enmendar la Ley de Salud y Cuidados de 2022, reintroduciendo la enmienda de la baronesa Ilora Finlay sobre 'Resolución de disputas en los cuidados paliativos infantiles' formulada tras la muerte de Charlie Gard.
"Seguiremos contribuyendo a debates más amplios sobre cuestiones como cuándo el tratamiento se vuelve desproporcionado con respecto a cualquier posible beneficio y el deber de la continuación de los cuidados básicos, incluida la nutrición e hidratación asistidas, para proteger el bien de cada niño”, se puede leer en el comunicado.
Indi Gregory no pudo ser tratada en Italia para ser tratada
Indi Gregory falleció el pasado lunes con tan solo ocho meses de vida al padecer una enfermedad mitocondrial considerada incurable. Sus padres plantearon una batalla judicial en Inglaterra para trasladarla a Italia y que fuera tratada allí. Vivía conectada a una máquina que realizaba las funciones que su corazón no podía y que los médicos han querido detener.
La pequeña falleció en un centro para enfermos terminales de Derbyshire, al que había sido trasladada el sábado por la mañana, pocas horas después de que se apagara el respirador mecánico que la ayudaba a respirar. El padre, Dean, de 37 años, y la madre, Claire, de 35, esperaban que su pequeña hija, que solo llevaba una mascarilla de oxígeno, siguiera con vida unas horas más, y así fue.
"Mi hija murió, mi vida terminó a la 1.45 de la madrugada", dijo su padre Dean. Tras la muerte de Indi, "mi mujer Claire y yo estamos enfadados, desconsolados y avergonzados".