Mons. Aguirre, obispo en Centroáfrica, pide rezar por la paz en su ciudad tomada por rebeldes armados
Esta semana el Santo Padre, durante el Ángelus en el día de la Epifanía, pidió el fin del odio y la violencia en el país africano tras las tensas elecciones
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Mons. Juan José Aguirre, obispo de Bangassou y misionero español, territorio ubicado al sureste de República Centroafricana, pidió a los fieles de todo el mundo rezar por la paz y el fin de la violencia en esta ciudad, que fue recientemente tomada por rebeldes armados contrarios al gobierno electo.
El 4 de enero, en declaraciones a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, Mons. Aguirre, sacerdote comboniano, relató la realidad de la violencia que el país africano vive durante las últimas semanas, luego de que grupos armados rebeldes contrarios al gobierno atacaran y tomaran por la fuerza este territorio.
ACN explicó que un grupo rebelde antigubernamental llamado Coalición de Patriotas para el Cambio (CPC) que es dirigida por “cinco señores de la guerra” y cuyos miembros son en mayoría “extranjeros del Níger, Chad o Sudán”, llevan saqueando el país desde hace años y ahora acusan al gobierno electo de haber manipulado las elecciones del 27 de diciembre.
"Los combates continúan en varias partes de la ciudad"
El obispo denunció que los rebeldes han atacado varias ciudades y ahora controlan no solo Bangassou, sino gran parte del país. Sin embargo, la violencia no ha terminado, pues “los combates continúan en varias partes de la ciudad”, dijo. Explicó que “los soldados del gobierno aguantaron durante el 3 de enero múltiples ataques en la ciudad, hasta que el fuego cruzado los dejó sin munición y huyeron”. Frente a ello, muchos ciudadanos escaparon al Congo, país vecino que está separado de su territorio solo por un río.
El Obispo lamentó que durante la huida algunos niños hayan resultado heridos por "balas perdidas”. Relató que mientras huían al Congo de las quemas y los ataques, los niños fueron víctimas de la violencia. “Hasta en su huida los ha alcanzado la violencia de los agresores”, dijo. Los niños “son inocentes, los miras a los ojos y no saben nada de rebeldes, de mercenarios, de luchas de poder... Sólo oyen los tiros y las ráfagas y se asustan mucho”, agregó.
Para el sacerdote la situación los mantiene en permanente zozobra, pues pese a que los soldados del gobierno han intentado “tranquilizar los ánimos” patrullando, trasladando a las fuerzas armadas, policías y fuerzas de seguridad a su base a la espera de su evacuación, muchas personas, especialmente vulnerables han sufrido las consecuencias de la violencia.
Muchos años de violencia, muerte y destrucción
“Hemos pasado una noche tranquila aquí en la misión, en calma tensa, pero un tanque de la Misión Unidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Centroafricana compuesta por soldados marroquíes ha estado en los alrededores”, dijo.
Mons. Aguirre denunció que “ya son muchos años de violencia, muerte y destrucción, de cambios de poder e intrigas para dominar un país muy rico en minerales y recursos, pero con una población totalmente hundida en la miseria”. Sin embargo, prefiere no entrar en política, solo espera que los rebeldes, a quienes llama “los nuevos ‘dueños y reyes’ del lugar, no se ensañen con la población”. Solo pide poder “seguir llevando a cabo su misión de “poner una mirada de ternura entre tanta violencia”.
El Prelado dijo que la misión católica de Bangassou es “uno de los pocos enclaves que aguanta a pesar de los embates y la violencia de los últimos días”. Además, de acoger a “niños huérfanos” víctimas de la violencia, también tienen una casa de acogida en otra parte de la ciudad donde cuidan a 50 ancianos de los cuales varios sufren demencia senil.
“Los más vulnerables pagan los platos rotos. Nuestros sacerdotes y religiosas siguen aquí, cada uno en su lugar, dándolo todo, viviendo junto a la gente estos momentos de zozobra. Hay muchos traumas que hay que sanar. Cristo sufriente está detrás de cada uno de ellos. Recen por la paz, recen por nosotros y por mi pueblo”, dijo.
Una calma y una esperanza truncada
ACN informó que “después de terribles guerras y luchas entre el gobierno y múltiples grupos de milicianos y mercenarios entre 2013 y 2019 con masacres, violaciones y saqueos a la población civil, la República Centroafricana parecía empezar a encontrar calma en 2020. Sin embargo la esperanza se ha visto truncada”.
“Estábamos trabajando en tantos bellos proyectos de reconstrucción del país... Ahora, tendremos que volver a empezar muchos de ellos”. No suena sin embargo como un simple lamento, porque Mons. Aguirre añade: “¡Los tiempos del hombre no son los tiempos de Dios!”, dijo Mons. Aguirre. En 2020, la fundación pontificia brindó apoyo a la población con el desarrollo de 22 proyectos en seis diócesis de la República Centroafricana. La mayor parte de la ayuda se destinó para la “subsistencia de sacerdotes y religiosas, así como apoyo a la formación de seminaristas”.