Nuevo asesinato de un religioso en Nigeria, esta vez del P. Vitus Borogo: el terrorismo indiscriminado no cesa
Desde 2009, cuando surgió la insurgencia de Boko Haram con el objetivo de convertir el país en un estado islámico, Nigeria vive una situación de inseguridad
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Nuevo asesinato de un sacerdote en Nigeria, esta vez la del Padre Vitus Borogo, religioso perteneciente a la Archidiócesis de Kaduna y presidente de la Asociación de Sacerdotes Católicos Diocesanos de Nigeria.
“Con gran pesar en el corazón, pero con total sumisión a la voluntad de Dios, anunciamos la muerte del P. Vitus Borogo”, escribió el canciller Christian Okewu en un comunicado publicado el pasado sábado, 25 de junio.
Por su parte el arzobispo de Kaduna, Matthew Man-Oso Ndagoso, mostró sus condolencias a la familia inmediata y encomendaba el alma del Padre Borogo “a la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, y llamamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a continuar orando por el pacífico descanso de su alma y por el consuelo de su afligida familia, especialmente de su madre”.
El asesinato del Padre Vitus Borogo es el último de una serie de crímenes de miembros del clero y fieles cristianos en la nación más poblada de África. Tal y como informó la BBC el pasado mes de abril, Nigeria “está lidiando con una ola de violencia por parte de bandas armadas que con frecuencia llevan a cabo asesinatos y secuestros para pedir rescate, principalmente en comunidades rurales desprotegidas”.
Desde 2009, cuando surgió la insurgencia de Boko Haram con el objetivo de convertir el país en un estado islámico, Nigeria vive una situación de inseguridad. Boko Haram, uno de los grupos islámicos más grandes de África, ha estado orquestando ataques terroristas indiscriminados contra varios objetivos, incluidos grupos religiosos y políticos, así como civiles.
La situación de inseguridad se ha complicado aún más por la participación de los pastores fulani, predominantemente musulmanes, también conocidos como la Milicia Fulani, que se han enfrentado frecuentemente con agricultores cristianos.
El ataque más sanguinario contra católicos ocurrió el último Domingo de Pentecostés, el 5 de junio, cuando hombres armados atacaron la parroquia católica San Francisco Javier de Owo, en la Diócesis de Ondo, dejando 39 fieles muertos y más de ochenta heridos.