Obispo filipino denuncia amenazas de muerte y sospecha del gobierno de Rodrigo Duterte

El prelado ha asegurado que las denuncias son anónimas y que las lleva recibiendo dos semanas. Duterte animó a matar obispos católicos en diciembre

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La guerra del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, contra las drogas sigue afectando a la Iglesia. Después de su anuncio en diciembre en el que animaba a matar a obispos católicos, se ha producido un nuevo caso que afecta a la Iglesia local. Se trata del obispo de Caloocan, Pablo Virgilio David. El prelado ha sido crítico con el mandatario. Eso le ha costado, según informa un comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, amenazas de muerte.  

El propio David ha confirmado que las amenazas las ha recibido, aunque son anónimas. Ante esas acciones, se le recomendó no regresar a su residencia al norte de Manila. El también vicepresidente del órgano episcopal filipino ha asegurado que esas amenazas llevan produciéndose dos semanas. Además, asegura que otros sacerdotes y religiosos han recibido mensajes similares. David subraya que desconoce el origen de estos anuncios de querer acabar con su vida. 

Las sospechas apuntan al presidente Duterte

El obispo sospecha que las amenazas tienen que ver con sus abiertas críticas a la guerra contra las drogas emprendida por Duterte que, según organizaciones de defensa de los derechos humanos, se ha cobrado unas 20.000 vidas en dos años y medio.

David debía acudir hoy a un acto en la Universidad de La Salle para recoger un premio, junto con la periodista Maria Ressa, otra detractora de Duterte, por su labor en defensa de los derechos humanos, pero las amenazas le hicieron desistir.

"Mi teléfono ha estado repleto de mensajes de texto intimidantes escritos con mayúsculas, que me dicen que yo seré el siguiente en la cola para ser ejecutado", explicó el obispo en el discurso de agradecimiento por el galardón, que leyó su hermano.

Las amenazas se producen en un momento muy tenso de las relaciones entre el presidente y la Iglesia católica de Filipinas, una institución sumamente influyente en un país en el que alrededor del 85% de la población profesa el catolicismo.

Duterte, el presidente que anima a matar obispos católicos

Duterte tildó en diciembre a obispos y sacerdotes de "idiotas" y animó a matarlos alegando que "no sirven para nada", además de acusar al obispo de Caloocan de robar las contribuciones de los fieles para su uso personal.

Sin embargo, el 24 de febrero el presidente cambió el tono y pidió a los filipinos que "dejen en paz al clero" porque no tiene nada que ver con asuntos políticos, ya que Filipinas vive una campaña electoral muy crispada para los comicios legislativos y municipales del 13 de mayo.

"Musulmanes o cristianos, los líderes religiosos no tienen nada que ver con nosotros. (...) Deja de amenazarlos o tendrás que enfrentarte a mí", afirmó en un acto en Cebú el mandatario con su habitual tono amenazante.

Duterte contó entonces que el cardenal Luis Antonio Tagle le comunicó que varios obispos y sacerdotes habían recibido amenazas de "alguien que decía trabajar para la familia del presidente".

El enfrentamiento con la Iglesia católica se remonta a febrero de 2017, cuando la Conferencia de Obispos criticó la sangrienta guerra contra las drogas y la calificó como "reino del terror", a lo que el presidente respondió llamando "hijos de puta" a los obispos.