Pío de Pietrelcina, el sacerdote santo sobre el que se arrodilló Juan Pablo II durante 15 minutos
El escritor José María Zavala repasa en TRECE la obra del santo italiano que la Iglesia celebra en su santoral este sábado: "Está haciendo un bien tremendo en la sociedad de hoy"
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Este sábado, 23 de septiembre, la Iglesia recuerda a Pío de Pietrelcina, también conocido como el Padre Pío, fraile capuchino y sacerdote católico italiano famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas que presentaba en las manos, pies y costado. En 'ECCLESIA al día' de TRECE han recordado su figura a través de uno de los escritores y periodistas que mejor conocen su vida y obra, José María Zavala.
San Pio de Pietrelcina tenía los estigmas en sus manos, pies y costado. Luego, tal y como recuerda Zavala, el Papa Juan Pablo II descubrió que tenía una herida de 10 centímetros de diámetro en el hombro derecho, sobre el que Jesucristo portó la Cruz: “Fue el santo que nos enseñó a los católicos el sentido del sufrimiento purificador para nuestras almas”, ha precisado.
Beatificado y canonizado por Karol Wojty?a en 1999 y 2002 respectivamente, el Papa polaco siempre estuvo convencido de su santidad: “Fue el primer Papa que se arrodilló en la tumba del Padre Pío y estuvo quince minutos reconcentrado en oración por estar convencido de que era un santo”, ha recordado el también director de cine en 'ECCLESIA al día'.
Su figura también estuvo rodeado de controversia, aunque finalmente sus detractores le pidieron perdón y confesándose con él: “Sufrió la persecución y yo pude recoger esa persecución con motivo de los 50 años de su muerte en 'El Misterio del padre Pío'. Le colocaron micrófonos en el confesionario, le calumniaron e injuriaron y él lo que hizo fue callar y ofrecer su sufrimiento por la Iglesia y la salvación de las almas”, ha expuesto José María Zavala.
A juicio del escritor, el Padre Pío es una figura muy querida en la sociedad actual por su carácter cercano: “Hay numerosas intercesiones del Padre Pío, de conversiones en cuestión de minutos y curaciones. Es un santo muy grande y que está haciendo un bien tremendo en la sociedad de hoy, tan necesitada de Dios”.
Preguntado por Álvaro de Juana si la Iglesia ha hecho justicia a su figura, Zavala considera que está cada vez más presente, gracias en parte a la devoción que también el Papa Francisco ha profesado hacia el santo italiano: “Francisco ha hablado muchas veces de él, ha estado varias veces en San Giovanni Rotondo y fue además quien le eligió para que representara la Misericordia del Señor en el Año de la Misericordia. Además, Francisco se ha visto reflejado en el Padre Pío cuando sufrió campañas de injurias y calumnias”, ha subrayado Zavala.
La vida de Pío de Pietrelcina
San Pío de Pietrelcina nació en Benevento en 1887, siendo bautizado con el nombre de Francesco. Desde muy pequeño tuvo experiencias místicas en las que se le apareció el Corazón de Jesús.
Años más tarde ingresa en los capuchinos y se ordena sacerdote. Ya era conocido por una asidua meditación de la Pasión del Señor, derramando profundas lágrimas ante los sufrimientos de la Cruz. Su frágil salud hizo que los primeros años ejerciese en su propio pueblo. Por fin se restablece y retorna con sus hermanos en Santa Ana. Un hecho fundamental en su vida sucede en 1916 cuando sube por primera vez al Gargano, en San Giovanni Rotondo.
Ese será el sitio que le designa la Providencia para vivir su consagración. Su profunda oración ante el Crucifijo de la Antigua Iglesia le hace sentir tal unidad, que un día mientras ora, recibe una visita espiritual que le deja como impronta los estigmas de Cristo, con sus llagas. Desde ese momento su humildad le impide que sea visto con ellos, por lo que se pone los consiguientes guantes para la Celebración. De ello dan fe quienes le vieron.
Entre ellos, el Padre José Luis Gago, promotor de COPE, durante sus años en Italia, en los que ofició de subdiácono en San Giovanni Rotondo con el santo religioso. Además de los estigmas tuvo multitud de éxtasis, realizó milagros y Dios le concedió el don de la bilocación y el conocimiento de almas. También tuvo diversos enfrentamientos con el maligno cuando exorcizó algunas almas. También profundamente caritativo, auspició el hospital para alivio de las personas. San Pío de Pietrelcina muere en 1968.