San Joaquín y Santa Ana: la historia apócrifa que ha inspirado a artistas como Goya o da Vinci

Aunque la fiesta de los padres de la Virgen no se celebró el mismo día hasta el Concilio Vaticano II, han protagonizado numerosas obras de arte desde hace siglos

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hasta el Concilio Vaticano II, las festividades de san Joaquín y santa Ana estuvieron separadas tras siglos de variaciones y cambios. Santa Ana empezó a celebrarse en el siglo VI en la iglesia oriental. En el siglo XIII, con la Leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine, su figura fue impulsada. Cien años después, Urbano VI concedió la festividad de santa Ana a la iglesia inglesa, extendiéndose en 1584 a la Iglesia universal. San Joaquín despertó devoción más tarde. Al principio se celebraba el 16 de agosto, pero tras el Concilio, las dos festividades se unieron el 26 de julio.

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La Virgen con san Joaquín y santa Ana, atribuida a Goya en 1772 (Museo de Zaragoza)

Los padres de la Virgen no han faltado en la tradición de la Iglesia ni en la historia del arte. En el siglo XVII, Murillo y Alonso Cano trabajaron en sus cuadros el tema de la educación de la Virgen María. Aleccionada por su madre que le enseña las Escrituras y acompañada por ángeles. Fuera de España, Giotto fue el autor que más trató la vida de los abuelos de Jesús. En el Museo del Prado encontramos cerca de veinte cuadros que tratan a estos dos personajes de autores como Solimena, Murillo, Francisco Camilo, Ambrosio Benson o Carducho.

Muy cerca del Museo del Prado destaca también el portón de la iglesia de los Jerónimos en Madrid, que guarda una escena poco común: 'El nacimiento de la Virgen'. Es obra de Ponciano Ponzano, el autor también de la fachada del Congreso de los Diputados.

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El nacimiento de la Virgen, Ponciano Ponzano (tema del frontón de la iglesia de los Jerónimos en Madrid)

Su historia aparece en tres evangelios apócrifos, el Corán y las revelaciones de María de Ágreda (1602-1655) y de Ana Caterina Emmerick (1744-1824). Son seis fuentes que no se contradicen, sino que se complementan.

Los tres evangelios apócrifos son el de Santiago, pseudo-Mateo y el de la Natividad de María, dentro de la Leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine. El de pseudo-Mateo posiblemnete sea una adaptaicón al latín de el de Santiago. Este Santiago sería el Menor que escribe este evangelio a la muerte del rey Herodes, el que mandó ejecutar a Santiago el Mayor. Si no era el Menor, podría ser otro discípulo de Cristo. De todas formas es un texto apologético, que defiende o hace apología, de la virginidad de María. En el Corán, la tercera sura (capítulo), se titula ''La familia de Ibram'', que es Joaquín.

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Santa Ana enseñando a la Virgen, Murillo, 1655 (Museo del Prado)

En cuanto a las dos visiones de Catalina de Emmerick y María de Ágreda no son versiones apócrifas, sino revelaciones aprobadas por la Iglesia.

De las seis fuentes citadas, las visiones de Catalina de Emmerick es la más detallada. Explica que los antepasados de santa Ana eran esenios, una rama 'puritana' de los judíos con profetas que sabian que por esa rama vendría el Mesías. Por eso eran especialmente ascetas. La abuela de santa Ana fue a pedir consejo a un sabio de su comunidad y le dijo que ella es ascendente del Mesías. Esta mujer tuvo tres hijas. La mayor, Emerencia, es la madre de santa Isabel y abuela de san Juan Bautista. La segunda, Ismeria, es la madre de santa Ana. Nacería en Belén, como su nieto, con una marca en su vientre que indica su cercanía con el nacimiento del Mesías. De niña fue entregada al templo para servir entre los 3 a los 12 años, hasta que empezaba con la menstruación, una costumbre judía.

En cuanto a san Joaquín, según Catalina de Emmerick, estaba emparentado con su yerno san José, pues los dos tenían la misma abuela.

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La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana, Leonardo da Vinci, 1503 (Museo del Louvre, París)

Según Catalina de Emmerick, Joaquín y Ana tuvieron una primera hija, a la que llaman María, y posiblemente muriese de niña. Después de eso se irían a Nazaret, para empezar de cero. Durante veinte años no consiguieron concebir hijios. Eso les supone señalamiento, pues para los judíos no tener hijos significa un castigo de Dios.

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'El sacrificio de Joaquín', Giotto, siglo XIV (Capilla de la Arena, Padua, Italia)

Joaquín, en una visita al tempo para hacer una ofrenda, es rechazado por els aceerdote debido a esta cuestión. Eso le lleva a irse a hacer penitencia al desierto durante varios meses y sin avisar a su mujer, que le dio por muerto. Repasó también su árbol genealógico, viendo que él es el primero en no tener hijos que le sobrevivían.

Poco después, el ángel Gabriel se aparece a santa Ana y le anuncia que concebirá una niña muy importante. Otro ángel anuncia a Joaquín en el desierto lo mismo. Al igual que Sara, la mujer de Abraham; Raquel, la mujer de Jacob, y las madres de Sansón y el profeta Samuel, y santa Isabel, Joaquín y Ana son padres a edad avanzada.

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'Abrazo de san Joaquín y santa Ana' del Retablo de Lauterbach, 1480 (Hohhaus Museum, Alemania)

Los dos van a la puerta dorada de Jerusalén. Allí se abrazan. Es el momento en que María es concebida sin mancha, inmaculada. Por eso el nacimiento de la Virgen se celebra nueve meses después de la Inmaculada: el 8 de septiembre.

Según el Corán, Dios dijo a Joaquín y Ana que llamarían a su hija María y la entregarán en el templo. Como se hiciera con santa Ana, María fue llevada al templo con tres años y devuelta a casa al comienzo de la menstruación. Pocos años depsués de su regreso, el arcángel Gabriel le anunciaría que concebirá al Mesías.

En la Iglesia hay dos himnos en la liturgia de las horas. En Laudes se canta 'Nocti Succédit' (a la noche sucede), de autor anónimo y escrito antes del siglo XV. Como describe Félix María Arocena, este himno celebra a san Joaquín y santa Ana con la imagen poética de la aurora que anuncian a María y Jesús.

''Cristo es el sol de justicia

y su madre la aurora de gracia a la que tú,

oh Ana, precedes como estrella

que rasga las tinieblas de la ley''

El himno de Vísperas, 'Dum Tuas Festo' (mientras entonamos juntos), es también de autor anónimo y del siglo XVII. En este verso encontramos una alabanza a san Joaquín.

''Procedes de una noble y dialtada estirpe de reyes

de la prole de Abrahan y del linaje de David

Pero tu mayor gloria es María

Hija tuya y Señora del Mundo''

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