Madrid - Publicado el
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Todos los hombres necesitan un guía que les encauce al bien y colme sus aspiraciones. Para los creyentes es Dios que mandó a su Hijo para aniquilar el pecado y la muerte. Esto será posible si le dejamos entrar en nuestros corazones. Para ayudarnos, la Iglesia celebra hoy la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
En la Sagrada Escritura la figura del rey tiene un sentido fundamental empezando por David del que asciende el Señor. En el Evangelio Cristo aparece como Rey en el Pasaje del Juicio Final y en la Pasión. San Pablo también alude a Cristo que debe reinar. El origen de esta celebración se remonta al año 1925. En esa fecha se cumplía el XVI Centenario del Concilio I de Nicea.
En este Concilio se proclamó como Dogma de Fe que Jesucristo es Dios hecho Hombre. Así se condenaba el arrianismo que negaba la divinidad de Jesús. Aprovechando esto el Papa Pío XI escribió la Encíclica Quas Primas cuyo título significa “sobre las Cosas Fundamentales”. El Pontífice también publica esta Carta en el contexto histórico de una etapa donde había concluido la I Guerra Mundial y no había paz.
Era como si se intuyese otro conflicto que, por desgracia vino con la II Guerra Mundial no muchos años después. También publica este Documento en el contexto de muchos regímenes dictatoriales. Unos no creen y persiguen a los cristianos y otros que creen también tiranizan y ofrecen una imagen distorsionada de Dios.
Por este motivo expone a Cristo como el Rey que da la paz y la libertad. La celebración fue instaurada el último domingo de octubre. Con él se quería presentar al Cristo Rey Todopoderoso que incorpora a su Reino a todos los marcados en alusión a la Solemnidad de Todos los Santos.
Con la Reforma Litúrgica del Concilio vaticano II desde los años 70 se celebra Jesucristo Rey del Universo el último Domingo del Tiempo Ordinario, justo para culminar el Año Litúrgico y dar paso al Tiempo de Adviento.