¿Por qué se usan los capirotes?
El origen de esta singular capucha se remonta al Barroco
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Por fin es Semana Santa. Las calles huelen a incienso, las velas están encendidas. Reina el silencio. Después de meses esperando el gran día, el nazareno prepara los últimos detalles para afrontar la procesión. Repasa mentalmente el camino que va a recorrer, imagina cada paso, como lleva haciéndolo cada noche de la última semana antes de irse a dormir. Todo listo. Coge entre sus manos el capirote con el que se va a cubrir la cabeza. Entonces, una pregunta le viene a la mente: "¿Por qué me pongo esto en la cabeza? ¿De dónde viene esta tradición?"
El capirote es una capucha alta con forma de cono, que utilizan los cofrades en muchas procesiones con colores muy diversos. Tiene un doble papel, una doble función, como explica el Doctor en Arte, Antonio Bonet: "En principio el carácter es penitencial, pero sin obviar que también tiene una entidad estética, que responde a esa elevación hacia Dios, hacia el cielo".
Su origen se remonta a la época de los Austrias: "Las cofradías llegan prácticamente en el Barroco, aunque los primeros penitentes no llevaban ese capirote. Iban con el verduguillo, que es lo que hacen hoy día los portadores de pasos, que se retiran el capirote para tener más libertad de movimientos".
Esta capucha ya era utilizada por los tribunales de la Inquisición durante el siglo XVI y XVII: "En los procesos inquisitoriales, se habla del tonto de capirote, porque se empleaba para señalar mediante ese cono elevado quién era el condenado. Luego fue evolucionando a este tipo de carácter penitencial que adoptan las cofradías que se basan en la penitencia, no solamente física, sino también espiritual. Siempre ha tenido una carga luctuosa, pero sin obviar ese carácter penitencial, porque realmente es incómodo".
Pero no hay una relación directa entre este capirote inquisitorial y su uso por las cofradías de Semana Santa: "No es que haya una confluencia, porque la Inquisición pertenecía al brazo secular. Fue creada a principios del siglo XV, al final del reinado de los Reyes Católicos, con un rango más político que religioso."
La tradición de usar capirotes en la Semana Santa no está instaurada en toda España: "La estética hace que sobre todo en un ámbito andaluz se generalice bastante antes que en otros territorios. En Aragón perdura aún el tercerol, sobre todo en el marco rural, lo que llaman la ruta del tambor y del bombo, en la parte de Híjar, Calanda, Samper...También en Galicia abunda mucho el verduguillo, en la zona de Navarra se llama mozorros a los que participan en las procesiones, especialmente en la del Santo Entierro. Estos atuendos también se vinculan con el ámbito hebreo. Es la vestimenta de tiempo de los judíos, que no ha ido evolucionando y que muchas cofradías lo han mantenido como algo identitario."
Los colores que es utilizan en la vestimenta en estas procesiones también tiene un significado: "El color realmente habla. Quizás hemos perdido el valor simbólico del color, pero ciertamente es clave, sobre todo lo podemos apreciar en el ámbito pictórico, donde destacan muchas veces los rojos, los colores primarios, azules... El color pardo, que se le puede atribuir a los que dudan, como Tomás, Judas y Pedro que en versiones de pintura culta siempre van con ese tono. También el rojo martirial, verde esperanza, blanco pureza, que reflejan esa simbología que manifiestan bien pintores como Zurbarán o Ribera."
El nazareno se sobresalta. Lo están llamando a gritos. Hay que ver, qué despiste, aquí reflexionando sobre el origen del capirote. Bueno, ha llegado el momento. Se cubre la cabeza. Comienza la procesión.